El psiquiatra Rolando Salvador López calificó de frágil el estado emocional de la mayoría de los sampedranos y explicó que el desempleo, la desintegración familiar y la delincuencia son los factores que más inciden para que una persona padezca algún desequilibrio mental.
Según el especialista, la cantidad de pacientes que buscan atención psiquiátrica en San Pedro Sula, al norte de Honduras ha aumentado 10% este año y reveló que las mujeres son las más afectadas por este mal.
-¿Ha aumentado el número de personas que padecen algún trastorno mental?
Sí. Cada día más personas busca ayuda psiquiátrica y eso se debe al aumento del estrés que tenemos. Este produce la hormona llamada cortisol; una de las manifestaciones de que hay niveles altos de esa hormona es la depresión o ansiedad. Durante este año, el número de pacientes que atendemos solo en el hospital San Juan de Dios aumentó 10%. La edad de las personas afectadas oscilan entre 25 y 45 años.
-¿Quién sufre más trastornó mental, hombres o mujeres?
Se ha establecido más mujeres acuden a los centros, pues en nuestra cultura es más fácil para ellas decir “me siento triste, tengo ganas de llorar, me siento sola”. Al contrario del hombre, a quien le han enseñado que expresar sus sentimientos es signo de debilidad. En general, las mujeres son las que más padecen la enfermedad, tienen mayor carga social, se les exige trabajar, ser mamás y amas de casa, todo al mismo tiempo. A los hombres se les ve como proveedores y no tienen otra actividad en la casa. Ese es uno de los factores. También el ciclo menstrual altera a las mujeres. Al sumar los dos vemos que la mujer tiene un riesgo más elevado de padecer trastorno mental.
-¿Cómo está la salud mental del sampedrano?
Frágil. La delincuencia y la falta de oportunidades de empleo han generado en la ciudad un ambiente hostil. No hay áreas de recreación y la sociedad se está encerrando. Eso nos da a entender que los sampedranos se están asilando. El camino que llevamos es peor.
-¿Los niños también tienen problemas de salud mental?
Vemos más adultos, pero eso no significa que los niños no estén padeciendo males mentales. Una de las causas es que los padres tienen miedo de usar medicamentos para los niños, pero cuando es necesario medicarlos hay que hacerlo, porque si no empiezan los problemas de rebeldía en la escuela y en el hogar. La desintegración familiar es lo que más influye en la inestabilidad emocional de un niño: ver pleitos entre los padres, crecer en un hogar desintegrado donde el papá está casado y solo viene de visita, etcétera. Los menores casi siempre se deprimen por algún problema familiar o por conflictos en el colegio.
-¿Cómo podemos identificar a las personas que tienen algún problema?
Primero se observa la disfunción en alguno de los ambientes: me cuesta más hacer mi trabajo y estudiar, me vuelvo irritable en la casa, comienzan los problemas de enojo, me empiezo a aislar y dejo de hacer las cosas que me gustan. Se comienzan a ver anomalías en el comportamiento y entonces es necesario buscar atención médica.