Aumenta el número de estudiantes aplazados en Cortés

La reprobación estudiantil escaló al 13% en 2023; es decir, casi 10,000 jóvenes más reprobados con respecto al año anterior. Expertos critican decisiones de Educación

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La matrícula escolar aumentó durante 2023, al igual que los alumnos reprobados.

mié 3 de enero de 2024

5 min. de lectura

El desafío educativo persiste en Honduras, reflejándose en un preocupante aumento de estudiantes reprobados durante la primera fase de recuperación, particularmente en departamentos como Cortés y Francisco Morazán.

Los datos preliminares de la Secretaría de Educación indican que de los 331,815 estudiantes matriculados en Francisco Morazán, 23,626 fueron reprobados en 2023.

En Cortés, con 331,942 estudiantes, 13,987 no lograron alcanzar los estándares académicos y se alistan para una segunda fase de recuperación en febrero de 2024.

En comparación con los datos de 2022, cuando Francisco Morazán registró 17,830 aplazamientos y Cortés 12,570, en 2023 se observa un incremento del 32% en aplazamientos en Francisco Morazán y un 10% en Cortés, respectivamente. Los grados con más reprobaciones en ambos departamentos fueron séptimo, octavo y décimo grado.

Los datos de la deserción estudiantil también son preocupantes, pues en Francisco Morazán 6,811 jóvenes abandonaron sus estudios, mientras que en Cortés la cifra alcanzó los 11,884.

“Debemos considerar que los desertores son personas y no números, que no sabemos si van a emigrar a otros países, si se incorporaron a un proceso productivo laboral o están en sus casas”, opinó Johnny Varela, experto en asuntos educativos.

Los datos preliminares de la Secretaría de Educación indican que de los 331,815 estudiantes matriculados en Francisco Morazán, 23,626 fueron reprobados en 2023.

En Cortés, con 331,942 estudiantes, 13,987 no lograron alcanzar los estándares académicos y se alistan para una segunda fase de recuperación en febrero de 2024.

En comparación con los datos de 2022, cuando Francisco Morazán registró 17,830 aplazamientos y Cortés 12,570, en 2023 se observa un incremento del 32% en aplazamientos en Francisco Morazán y un 10% en Cortés, respectivamente. Los grados con más reprobaciones en ambos departamentos fueron séptimo, octavo y décimo grado.

Los datos de la deserción estudiantil también son preocupantes, pues en Francisco Morazán 6,811 jóvenes abandonaron sus estudios, mientras que en Cortés la cifra alcanzó los 11,884.

“Debemos considerar que los desertores son personas y no números, que no sabemos si van a emigrar a otros países, si se incorporaron a un proceso productivo laboral o están en sus casas”, opinó Johnny Varela, experto en asuntos educativos.

Impacto

Un análisis de LA PRENSA Premium revela que a nivel nacional, los estudiantes reprobados tras la primera fase de recuperación ascendieron a 85,061, lo que representa un aumento del 13% en comparación con los 75,309 aplazados registrados el año pasado; es decir, 9,752 más.

En cuanto a la matrícula escolar, en 2022 se registraron 1,847,354 estudiantes, mientras que en 2023 esta cifra ascendió a 1,863,847. Esto indica que aunque la matrícula escolar aumentó en 16,493 alumnos, también aumentaron los aplazados.

Según expertos, Educación debe tener estrategias sólidas para mejorar los índices de reprobación y deserción estudiantil.

Entre tanto, los departamentos con menos estudiantes reprobados fueron Valle (660), Ocotepeque (839) e Islas de la Bahía (1,018).

Aunque en años anteriores se atribuyó esta problemática a factores como fenómenos naturales y la transición de la educación virtual, este año, expertos señalan una serie de causas que profundizan este desafío educativo. “En 2022 se retornó a las clases presenciales sin un plan sistemático que permitiera poder medir el desempeño académico de los estudiantes y diseñar planes para que los estudiantes nivelaran sus competencias.

En 2023 se siguieron impartiendo clases de la misma manera, por lo tanto los resultados serán iguales o peores”, consideró Varela.

A criterio del experto, las posibles razones del aumento de reprobados a nivel nacional es por la falta de una política educativa que permita a los estudiantes reengancharse con su proceso de aprendizaje, así como la importancia de la equidad dentro de los centros educativos y apoyo para integrar al sistema a quienes enfrentan desafíos familiares o económicos.

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Por su parte, Wilmer Vásquez, director ejecutivo de la red Coordinadora de Instituciones Privadas pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiprodem), expresó que “es imposible desconocer que de una u otra forma estas son las secuelas de más de dos años de pandemia que dejaron a los estudiantes con enormes limitaciones y que hoy los ponen en desventaja escolar”.

Gestión

A finales de 2023, el ministro de la Secretaría de Educación, Daniel Sponda, dio un informe de resultados sobre su gestión en el año lectivo, en el que resaltó diversas actividades, como la reparación de infraestructura escolar, entrega de pupitres, escuelas normales mixtas y cátedra morazánica.

La segunda recuperación está programada para inicios de febrero, según dijo una fuente de la Secretaría de Educación a este rotativo.

Sin embargo, expertos lamentan la ausencia de programas para los reprobados y que acciones para mejorar la educación de calidad no han sido priorizadas durante su administración. “La deserción, la repitencia, promoción y acceso son parte de los indicadores que un secretario de Educación debe estar presentando a la ciudadanía”, mencionó Varela.

Este medio intentó comunicarse con Sponda para abordar el asunto, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.

La segunda recuperación está programada para inicios de febrero de 2024, una fecha que suele atrasar el inicio de clases. Una semana antes de aplicar los exámenes, los estudiantes se someten a un reforzamiento y posteriormente dan inicio las clases a nivel general.

Al respecto, Mario Alas, investigador y coordinador educativo de la Universidad Pedagógica Francisco Morazán (UPNFM), dijo que las cifras son preocupantes; pero es más preocupante el hecho de que aún sin aprender, muchos estudiantes están siendo promovidos a los grados superiores.

“Volver en febrero a que los niños reprobados simplemente se sometan a examen un par de veces es la peor solución posible. Se les dan repasos muy resumidos, atrasando las clases del resto y luego casi con seguridad la mayoría de ellos son aprobados, pese a que no alcancen los aprendizajes mínimos que se requieren. Muy mala decisión se ha tomado durante los últimos dos años”, lamentó el experto.

Puntos a priorizar

1. Separar los procesos administrativos de los procesos pedagógicos en el aula de clases e implementar espacios de capacitación para dotar a los docentes de metodología de enseñanza que aborden diversos estilos de aprendizaje, alineadas con las habilidades del siglo XXI, facilitando que los jóvenes estudiantes avancen.

2. Evaluar la comprensión de los jóvenes respecto a los conceptos enseñados en el aula de clase y desarrollar métodos para su recuperación, evitando la promoción sin asegurar un dominio adecuado de los conocimientos, habilidades y actitudes mínimas. Es vital indagar en los factores que influyen en su rendimiento.

3. Gestionar la falta de recursos educativos para que los jóvenes de escasos recursos económicos cuenten con las herramientas necesarias tanto dentro como fuera del aula, asegurando así el cumplimiento de las actividades de aprendizaje. Además, proporcionar a los docentes los recursos educativos necesarios.