Nelsy suma 4 licenciaturas, 1 maestría, 2 diplomados y 5 empleos al mismo tiempo

Su currículum es de otro nivel. Nelsy Lara, de ser ama de casa pasó a dedicar al menos 20 horas diarias a estudiar y trabajar en su natal Santa Bárbara.

Nelsy suma 4 licenciaturas, 1 maestría, 2 diplomados y 5 empleos al mismo tiempo
  • 21 de marzo de 2025 a las 23:59 /
Historia académica

San Pedro Sula, Honduras.

En lo más profundo de las montañas de Santa Bárbara, donde la vida parece girar en torno a la tierra y el café, Nelsy Argentina Lara Mejía ha construido su universo de logros, sacrificios y perseverancia.

Con 44 años, dos hijos: Ramón y Daniela, y un matrimonio que ha resistido más de dos décadas, Nelsy es la prueba viviente que los sueños, por más lejanos que parezcan, pueden alcanzarse con determinación y esfuerzo. Su historia no se trata solo de logros, sino de noches de desvelo, renuncias dolorosas y el peso de una vida entregada al conocimiento y al servicio.

Detrás de cada uno de sus logros, su familia ha sido su mayor pilar y fuente de motivación constante.

Su figura se recorta frente a la ventana, incansable, con los ojos cargados de sueños y las manos llenas de logros construidos con esmero. La suya no es una historia de suerte, sino de voluntad pura, de madrugadas sin descanso, de noches en vela con un libro abierto y un bebé en los brazos. Es el retrato de una mujer que, desde el corazón de una tierra que a menudo impone límites, ha aprendido a derribar fronteras con el poder de la sabiduría y la resiliencia.

Nelsy tuvo la fortuna de crecer en un hogar de esfuerzo y algunas comodidades económicas, hija de un minero de Las Vegas, Santa Bárbara, quien le inculcó los valores de la humildad, el servicio y la prosperidad.

Desde temprana edad supo que su destino sería retar las expectativas y demostrar que podía ser mucho más de lo que el mundo y sobre todo su papá esperaban de ella. Su padre, con el amor áspero de los hombres de su tiempo, nunca imaginó que su hija sería docente, pero la vida tenía otros planes para ella.

Con un cronograma meticulosamente organizado, Nelsy logró acumular varias profesiones en diferentes áreas.

Su camino académico comenzó en el municipio de Las Vegas, en el instituto Tiburcio Carías Andino, donde se graduó como Perito Mercantil durante el año 1998, una carrera impuesta, pues su familia nunca creyó que ella fuera a dedicarse a la enseñanza, pero su espíritu rebelde y decidido la llevó a desafiar ese destino.

Maratón de conocimiento

Apenas un año después de graduarse comenzó a ejercer como docente en un centro de educación básica en el sector santabarbarense Los Laureles, abriendo así el camino hacia la pasión que marcaría su vida.

A los 19 años de edad se casó y poco después se convirtió en madre, pero ni la maternidad ni las responsabilidades del hogar la detuvieron.

Hoy, su esfuerzo rinde frutos, se ha convertido en un referente de superación y en un modelo a seguir para muchas hondureñas que sueñan con un futuro mejor.

Cuando ya era 2003 inició la licenciatura en Matemáticas en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (Upnfm), pero la falta de acceso académico en su región la obligó a detenerse; no fue el fin, solo un desvío en su trayecto. "Saqué esa licenciatura porque me la puse como un reto, era una carrera difícil y sentía que podía", relató Nelsy a LA PRENSA Premium.

Dos años después, en 2005, retomó su camino y comenzó la licenciatura en Educación Técnica para el Hogar, con orientación en nutrición, la cual culminó en 2011. Mientras su familia crecía, también lo hacía su carga laboral, para ese año ya tenía dos plazas docentes, el cansancio era inmenso, pero su deseo de superación siempre fue más grande.

No todo ha sido fácil, ha enfrentado noches en vela, sacrificios personales y momentos de duda.

Los siguientes años fueron de constante aprendizaje y nuevos planes profesionales, entre 2012 y 2013 obtuvo dos diplomados en Educación Superior y Gestión Educativa. En 2018 decidió ampliar sus horizontes con una maestría en Recursos Humanos en la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH), que finalizó en 2020.

Su sed de conocimiento y justicia la llevó a una nueva meta, fue así como en 2021 inició la licenciatura en Derecho, con la firme convicción de convertirse en la voz de los desprotegidos. Hoy solo le restan la práctica y la tesis para alcanzar este nuevo sueño.

Su vida laboral se divide entre reuniones, clases, proyectos y capacitaciones.

Su motivación para estudiar leyes nació de un episodio desgarrador: un compañero y amigo fue asesinado en una montaña de Santa Bárbara, su familia, extremadamente pobre, no podía siquiera comunicarse adecuadamente con Medicina Forense para reclamar su cuerpo. Fue en ese momento cuando Nelsy sintió la imperiosa necesidad de prepararse para defender a los que considera los más vulnerables.

Como si su espíritu incansable no tuviera límites, a partir de este año comenzó la licenciatura en Psicología dentro de UTH, con un avance de más de 15 clases. Equilibra esta carrera con su jornada laboral diurna, mientras que sus estudios en Derecho los ha desarrollado desde casa. Lo anterior lo ha hecho sin descuidar del todo sus responsabilidades como esposa, madre y ama de casa, demostrando una capacidad sobrehumana para desafiar el tiempo y las circunstancias.

"Al principio, como ama de casa sentía muchas necesidades económicas, en el encierro del hogar me sentí inservible, me estaba matando. A raíz de eso también decidí estudiar, buscando proveer mis cosas, ser una mujer activa y productiva a la vez", rememoró Nelsy.

Las madrugadas se convirtieron en su refugio y campo de batalla, a las 3 de la madrugada cuando la "casa" dormía, ella se inclinaba sobre la mesa, rodeada de libros y apuntes.

El silencio nunca era completo, sus hijos, todavía pequeños, despertaban y se colgaban de su cuello y espalda, buscando el consuelo de sus brazos. Querían que los meciera, que los chineara como pocas veces antes, pero ella no podía detenerse.

Con el corazón apretado, los acomodaba, los acariciaba hasta que volvían a dormirse y luego, con los ojos pesados, pero la determinación intacta, volvía a sumergirse en sus tareas.

Propósito firme

Más allá de la academia y la docencia, Nelsy también ha encontrado su vocación en el servicio público. Desde hace tres años y medio ejerce como regidora, gestionando proyectos sociales y participando en sesiones cada 15 días.

Entre sus clases, estudios, servicio público y emprendimientos, su jornada diaria inicia a las 6:00 am y termina cuando la noche la vence. De lunes a viernes trabaja alrededor de 20 horas y las restantes son aprovechadas para descansar o compartir en familia.

"He sacrificado mucho, le he quitado tiempo a mi familia para alcanzar todo esto, gracias a Dios tengo un esposo que ha tenido mucha tolerancia. No ha sido fácil, a veces llego durante la madrugada a la casa, luego a desmontar eventos los domingos, me toca apoyar en la finca, es un agotamiento terrible", expresó la hondureña, quien jamás ha renunciado a su propósito.

Los fines de semana, aunque de manera intermitente a lo largo del mes, Nelsy los dedica a su microempresa de decoraciones de eventos.

Además, durante ciertas temporadas del año se involucra en la caficultura, asumiendo múltiples roles que van desde el mercadeo y la etiqueta hasta el envasado y la distribución en el mercado nacional. Nelsy vive al límite de sus fuerzas.

Ha soportado agotamiento extremo y enfrentó episodios de depresión posparto, pero su fortaleza y paciencia le han permitido seguir adelante.

"Todo esto ha sido un reto para mí, siempre le quise demostrar a mi papá que podía hacer esto y mucho más, fue una iniciativa propia", reflexionó.

Hoy, Nelsy es un ejemplo de superación y perseverancia. Su historia es un testimonio de que el éxito no está reservado para los alumnos de excelencia académica, aquellos que cargan sueños en los bolsillos y no encajan en la imagen del estudiante modelo, sino para aquellos que sueñan y trabajan sin descanso para materializar sus aspiraciones.

"Me idenfico bastante con el alumno inquieto, el desaplicado y el extrovertido, que lleva muchos sueños. Siempre he dicho que no solo el alumno con excelencia académica puede triunfar en la vida, he sido producto de ese alumno del que nadie creía, del desaplicado y rebelde, pero que maduró y buscó ese éxito", apuntó.

En el punto más emotivo de la entrevista, Lara Mejía reflexionó sobre lo que le diría a su yo más joven: "Siempre soñé". Con la voz impregnada de nostalgia recordó: "Soñé viajando, me soñé triunfando, me soñé entrando a lugares donde la gente se volteara y dijera: “Es ella”. No fue solo un anhelo pasajero, lo soñó, lo buscó y lo logró.

Si su trabajo pudiera cambiar algo en este mundo, Nelsy no lo duda, lucharía por más justicia y menos discriminación contra la mujer. "Porque sé que una mujer que se supera puede llegar lejos, una mujer que estudia puede lograr muchas cosas en la vida. Tengo claro que solo el estudio abre puertas", dijo entre sus palabras, que no fueron solo una declaración, sino el reflejo de una lucha que lleva en el alma.

Detrás de su incansable espíritu, Nelsy Lara es más que una profesional multifacética, es una mujer que ha desafiado los límites de lo posible y ha demostrado que, con pasión y esfuerzo, todo sueño es alcanzable.

El día avanza, la noche cae sobre Santa Bárbara y la jornada de Nelsy aún no termina, mientras otros duermen, ella repasa apuntes, revisa exámenes y perfila nuevos objetivos. Sobre la mesa, entre papeles y libros abiertos, reposa el eco de sus sueños, esos que la han impulsado a enfrentar el tiempo, la fatiga y las expectativas.

Con la vista fija en el futuro y los pies firmes sobre la tierra que la vio crecer, desde El Mochito hasta Los Laureles, en el occidente del país, cada zancada la acerca al final de la cuesta.

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Ariel Trigueros
Ariel Trigueros
jerson.trigueros@laprensa.hn

Reportero multimedia e investigador en LA PRENSA. Más de 10 años en medios. Licenciado en Periodismo (UNAH), máster en Comunicación (UEA) y docente universitario.