24/11/2025
09:27 PM

¿Qué es contemplar?

Contemplar es detenerse en el camino y urge hacerlo, para ver, conocer, amar lo que se manifiesta como hermoso, trascendente, puro, y que viene envuelto en lo cotidiano.

    Contemplar es detenerse en el camino y urge hacerlo, para ver, conocer, amar lo que se manifiesta como hermoso, trascendente, puro, y que viene envuelto en lo cotidiano.

    Y en el día a día aparece la luz brillante de lo divino en el rostro infantil manchado de barro de un niño de cuatro años, que tras jugar en el patio vuelve a su casa con una sonrisa en los labios radiante como la de un sol matutino.

    Contemplar es purificarse el alma para ver con los 'ojos de Dios' al Dios que aparece en el cuerpo tembloroso de tu anciana madre que repite la misma pregunta y que te mira con ganas de que le respondas, más que por la respuesta, para que la tomes en cuenta y no se sienta tan sola.

    Contemplar es hacer silencio, respirar hondo y meterte dentro de ti y quedarte allí buscando escuchar al Eterno Presente, al Dios viviente que te acompaña siempre.

    Contemplar es dejar impreso en el corazón tuyo las imágenes cristalinas de recuerdos lindos de sucesos que han marcado tu vida y que merecen ser repasados una y otra vez para tomar conciencia de que la vida es maravillosa aún con sus dolores e infortunios.

    Contemplar es amar la soledad y buscarla siempre que puedas, para ubicarte en el centro de tu vida y respirar lo eterno y llenarte de cielo y así volver a los demás y 'soplarles' el aire divino que renueve sus existencias.

    Contemplar es reconocer que lo que ves no es tan real como lo que tienes que observar en un nivel más profundo de la existencia, allí donde están los soportes de la vida que sostienen lo que aparece a tus sentidos, porque lo que es fundamento de todo no se ve. ¿Acaso puedes mirar un pensamiento o un sentimiento amoroso?

    Ni siquiera puedes ver los átomos moviéndose y alterando la realidad visible. Ver con los ojos del alma te permitirá comprender que hay siempre algo que sostiene todo y que es causa de lo que existe. Que todo fue hecho por Alguien que todo lo sabe y todo lo puede. Que hay un Misterio que está detrás del movimiento de las olas y del universo donde todo está sincronizado y dirigido sabiamente.

    Contemplar es mirar todo sostenido por una fuerza infinita que es inteligente y que es creadora. La Revelación nos dice que son tres Personas y un solo Dios. Contemplar es dedicarle tiempo al silencio y a la soledad para escuchar la voz eterna del siempre presente, del Dios Santo y Bueno.

    Pues tienes que ver con los ojos del alma (contemplar) hasta para captar lo que pasa en el corazón de un amargado, o en la mente de un suicida, o en el 'yo' de un soberbio y engreído.

    Verías traumas, desilusiones, frustraciones y odios y comprenderías que hay enfermedad detrás de muchos comportamientos.

    Sentirías lástima y buscarías la manera de curar su dolencia espiritual o por lo menos de no reaccionar con cólera y juzgar y hundir más a esas personas. De hecho ellos sufren tanto.

    Te darías cuenta de que aunque la esencia de cada uno es bondad y amor porque de Dios viene, si hace el mal es por haberse dejado llenar de tantas tinieblas, oscuridades y manchas espirituales, que impiden traslucir el sol que brilla en su alma.

    Cuando uno llega a la contemplación, es decir, a ver más allá de lo sensible, de lo externo, le nace la compasión por aquéllos que son víctimas de la ignorancia y la maldad.

    Jesús promete la visión divina a los limpios de corazón. Hay que someterse continuamente a una purificación interior para gozar de la contemplación.

    San Gregorio dice que 'Dios se deja contemplar por los que tienen un corazón purificado'.

    San Ireneo dice que 'pues así como los que ven la luz están en la luz y reciben claridad, así también los que ven a Dios están en Dios y reciben su claridad. La claridad de Dios vivifica y, por tanto, los que ven a Dios reciben la vida'.

    Por lo tanto, para ser plenamente humanos tenemos que contemplar el misterio de la Vida y de ahí nace la sabiduría. Purificándonos de nuestras inmundicias y recibiendo el Espíritu de Cristo podremos 'ver más allá' y lograr ir superando nuestra ignorancia, ya que con Dios somos invencibles.