Los aranceles de Trump han creado un entorno de incertidumbre económica que afecta no solo a Estados Unidos (EE UU), sino también a la economía global. En el ambiente de negocios creado por estas medidas comerciales, las empresas y los inversores deben navegar en un panorama cambiante, lo que puede dificultar la planificación a largo plazo. La política arancelaria del presidente Donald Trump ha incrementado la incertidumbre, complicando las decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), según el vicepresidente Luis de Guindos (Agencia Reuters 17/03/25).
El aumento en la oscuridad sobre las perspectivas económicas ha retrasado las expectativas de inflación, que probablemente alcanzará el objetivo del 2% en el primer trimestre de 2026, una revisión respecto a la previsión anterior de mediados de 2025, influenciada por los precios de la energía.
A pesar de los desafíos creados por las medidas arancelarias de Trump, De Guindos afirmó que la situación avanza en la dirección correcta, sugiriendo que los efectos negativos de los aranceles podrían ser equilibrados a largo plazo por una desaceleración en la actividad económica.
Paralelo a la desaceleración en la actividad económica, también se agudizará el problema de empleo. Así, aunque Trump ha argumentado que los aranceles protegerían el empleo en EE UU, la realidad es que pueden tener efectos adversos en otros países, lo que podría llevar a desempleo en sectores dependientes de las exportaciones, que en varios países latinoamericanos provienen del sector agrícola.
Da la impresión que en países como Honduras la guerra comercial arancelaria emprendida por el presidente de EE UU no estuviera repercutiendo negativamente, ya que, según el Banco Central de Honduras (BCH), durante enero del presente año el crecimiento económico alcanzó un 4.2%, mientras que las remesas familiares han aumentado en las últimas nueve semanas (del 09/01/25 y al 06/03/25), pasando de un promedio de US$ 168.0 millones por semana hasta ubicarse en un promedio semanal de US$ 216.6 millones.
Con todo, esos datos no deben provocar confusión, ya que otros indicadores muestran que la incertidumbre comercial existente a nivel global también está teniendo repercusiones en la actividad económica nacional, misma que a su vez se ve afectada por la incertidumbre política existente en el país. Así, por ejemplo, en los primeros 14 días de marzo de 2025, el riesgo país pasó de 407 puntos básicos (4.07%) existentes al 28/02/25 hasta ubicarse en 411 puntos básicos (4.11%) al 14/03/25, lo cual indicaría que el desorden electoral del 9 de marzo del corriente ya empezó a pasar la factura a la sociedad hondureña, ya que el coste del financiamiento externo ahora es más elevado que hace pocas semanas atrás.
De esa manera, la incertidumbre electoral nacional puede crear un ambiente de cautela que afecta la inversión, el consumo y la estabilidad del mercado interno, lo que normalmente suele tener consecuencias a largo plazo para la economía de cualquier país, especialmente porque la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones puede hacer que las empresas pospongan o reduzcan sus inversiones, ya que los empresarios suelen esperar a ver quién ganará antes de comprometer capital para iniciar nuevos proyectos, lo cual en esencia frena el crecimiento económico y reduce las posibilidades de crear más empleo.
En resumen, tanto la incertidumbre económica como la política dañan la actividad productiva del país.
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