Que “por la boca muere el pez” asegura el famoso dicho. El caso que nos ocupa hoy confirma una vez más lo acertado de esta frase.
Hace apenas unos meses se dio a conocer que una película francesa, con elenco norteamericano, español, etcétera, y ambientada en México, está nominada para ganar no uno sino varios premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, incluyendo el de la mejor actriz y película, lo cual fue una sorpresa para todos, tal vez por el tema tratado en ella.
Ya se sabía de otras nominaciones a otros importantes premios, pero la mención de los Óscar fue lo que atrajo la atención de todos hacia la peculiar producción. Como es de imaginarse, los involucrados no cabían en sí de la emoción y todo parecía ir “viento en popa” hasta que al director de la cinta se le ocurrió hacer un comentario acerca de que el español es una lengua de gente pobre y de inmigrantes o algo así.
Como es también de imaginarse las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar y si ya de por sí el público azteca no estaba muy feliz por la manera en que estaban siendo expuestos en la historia, luego de los comentarios desafortunados del director francés, se le comenzó a dar una espantosa publicidad a su trabajo, incitando al público en general a no ir al cine. Lo cual aparentemente dio resultados.
Pero encima de esto, alguien encontró y dio a conocer unos “tuits” antiguos de la protagonista de dicha película en los que despotricaba contra todo el mundo. En ellos hablaba pestes de ciertas religiones, inclinaciones sexuales y hasta razas, entre otras publicaciones bastante mal intencionadas.
Otra vez la gente se fue encima ya no solo del director y la película, sino también de la imprudente actriz, quien claramente se ha llevado la peor parte, no solo por el “linchamiento cibernético” que está sufriendo, sino también porque su trabajo se ha visto afectado y todas las invitaciones que tenía para promoverlo han sido canceladas.
Hasta sus compañeros se han pronunciado en contra de ella. Una cosa tristísima si nos detenemos a pensar que, si bien lo suyo ha sido un tremendo error, es algo que sucedió hace ya mucho tiempo y por tanto existe la posibilidad de que ella ya no sea la misma persona que escribió aquello.
Lo que ha empeorado todo, me parece a mí, es el hecho de que en lugar de reconocer que se equivocó y asumir responsablemente las consecuencias de sus actos, la artista española se ha dedicado en cuerpo y alma a negar las acusaciones, a responsabilizar a otros de lo que le está sucediendo, a victimizarse y echarse a llorar en todas las entrevistas que le han hecho al respecto.
Esto la hace ver como alguien inmaduro que no tiene intenciones de aprender. Hasta ahora no se sabe qué pasará con su nominación al Óscar porque parece ser que las cosas han cambiado ahí y ya no solo les interesa que usted tenga talento sino también que demuestre que siente respeto por los demás. Nada reprochable posición.
