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¡Iniquidad!

  • Actualizado: 09 mayo 2023 /

“La ignorancia es la madre de la maldad y de todos los demás vicios”: Galileo Galilei.

Si existe el bien, definitivamente existe el mal; como lo define San Agustín, el mal no es un principio activo, pero sí la ausencia de virtud; lo cierto es que donde hay maldad se produce dolor, se traduce a un vicio social, egoísmo, degradación, corrupción moral y perversión del corazón humano hasta perder la sensibilidad, sea por males morales, naturales y espirituales.

La vida exponencial del mal se llama INIQUIDAD.

Etimológicamente esto significa lo “torcido”, lo que se tuerce o desvía del camino; todo pensamiento torcido dentro del corazón humano que afecta su conducta, acciones y decisiones produce una sustancia espiritual cuyo origen es la maldad; esta impregna el espíritu del ser humano, es un cordón espiritual que hereda a las siguientes generaciones, afectando la estructura de pensamientos y comportamiento aún el estado físico.

Es la iniquidad la que legalmente abre la puerta a la herencia del pecado a otras generaciones. “Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad”. “Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario”. Ezequiel 28:15,18. RVR60.

El entendimiento espiritual es saber que Dios no trata con el mal en forma genérica, él es específico y así debe ser la respuesta humana al mundo de maldad.

Los componentes del ser humano son espíritu, alma y cuerpo, lo más visible y fácil de entender es el cuerpo en forma integral que podemos lograr como la mente, emociones y voluntad; la comunión, intuición y conciencia son componentes que muchos ignoran, esto mantiene a muchas personas atadas y entretenidas en desiertos, lagunas y ataduras repitiendo sin darse cuenta de los ciclos de iniquidad; una de las consecuencias es que el entendimiento se embota, ciega y pervierte su corazón, siempre evite la iniquidad.