A su vez, el turista norteamericano es un empleado que trabaja en una fábrica y se toma ahora unas merecidas vacaciones. Quiere tomar todas las fotos posibles para recordarlas. En otras palabras, las opiniones del turista y del comerciante son erradas. Pero ellos las expresan creyendo firmemente tener la razón.
¿Qué es una opinión? El diccionario la define como: “Un juicio basado en una premisa que se basa en ocasiones en evidencia incierta o insuficiente”. Si se sustenta con evidencias, la opinión se convertirá en razonablemente creíble. Haga usted este interesante experimento. Pregúntele a cinco personas: “A la larga, quién conocerá mejor a un hombre, ¿su madre o su mujer?” Las opiniones podrán ser distintas, pero cada uno pensará tener la razón. Además, verá que a la gente le encanta opinar generalizando. Así aseguran que el hondureño es haragán y que los norteamericanos son muy metalizados. Un examen riguroso muestra que esto es absurdo. Conozco muchísimos hondureños que trabajan intensamente y con mucho éxito. Y hay muchísimos norteamericanos nobles y generosos cuando se trata de ayudar.
LO NEGATIVO: Aceptar toda opinión como algo en lo que hay necesariamente que creer.
LO POSITIVO: Si bien debemos respetar las opiniones de los demás, también tenemos derecho a analizarlas, y en su caso, aceptarlas o no.