Un numeroso grupo de personas amenazadas con ser desplazadas por la construcción de la represa El Tigre, en la frontera de Honduras con El Salvador, llegó ayer a Casa Presidencial para rechazar enérgicamente la intención del Gobierno de llevar a la práctica este proyecto de energía hidroeléctrica.
Los manifestantes llegaron en buses y fueron acompañados por dirigentes del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, Copinh.
Llevaron pancartas que contenían mensajes de rechazo a este proyecto que, según ellos, sólo beneficiará a un grupo de empresarios salvadoreños y hondureños.
Una manifestación similar, donde participaron unos tres mil pobladores, se realizó en San Antonio, Intibucá, una de las comunidades que será más afectada con la represa.
“Éste es un proyecto neoliberal que forma parte del Plan Puebla Panamá. Quienes en realidad obtendrían beneficios de este proyecto serían unos pocos empresarios salvadoreños y hondureños y sobre todo las empresas transnacionales, pues la energía generada será privatizada y no pública”, dijeron.
Traslado
El grupo, en su mayoría campesinos que viven en las inmediaciones donde se edificará la obra, criticó el papel del Gobierno, que se empecina en llevar a la práctica la obra “sin tomar en cuenta la posición de nuestras comunidades lencas”.
“Rechazamos enfáticamente que este proyecto se socialice porque en ningún momento se nos ha llamado a participar en reuniones. El señor Jacobo Regalado -comisionado del Gobierno para impulsar el proyecto- jamás se ha comunicado con nosotros”, lamentaron.
Expresaron que no aceptan ninguna indemnización ni traslado a otros lugares.
“Estamos dispuestos a luchar hasta las últimas consecuencias en defensa de nuestras tierras. Que no se les ocurra ofrecernos reubicaciones o indemnizaciones porque de ninguna manera se podrían pagar nuestras tierras, nuestras iglesias, nuestros hogares, nuestros cementerios en donde descansan nuestros seres queridos”.
Se apostaron en Casa de Gobierno. Nadie los atendió.
Comisiones
El gobierno del presidente Manuel Zelaya ha dicho que la construcción de esta obra será concertada con las comunidades y hasta finales de año se decidirá si va o no el proyecto.
Jacobo Regalado ha manifestado: “Es importante la participación de la sociedad hondureña. Ésta es una concertación de conocimiento para que no exista desinformación y genere incertidumbre”.
Hace tres semanas, las comisiones de ambos países se reunieron para establecer el protocolo, el cual estará listo en estos días, aseguraron los negociadores.
El Salvador con más ventaja
El Tigre es un proyecto energético binacional que contempla la elevación de un embalse, el cual sería abastecido por las aguas de los ríos Lempa y Torolá -los cuales sirven de división fronteriza entre Honduras y El Salvador- y que contempla que la cortina quede un kilómetro dentro de la parte de territorio salvadoreño, mientras la mayoría de la parte inundable estaría en nuestro país.
Ésta es la principal objeción de muchos sectores a la obra, pues si las compuertas se hallan en aquella nación, implicaría que ésta debería manejar el centro de producción y distribución de energía.
Jacobo Regalado dijo que la garantía de la distribución de energía a Honduras, independientemente de los escenarios que enfrente El Salvador, será uno de los puntos en discusión. .