20/12/2025
11:05 PM

Michelito, el niño torero cumple su sueño en plaza más antigua de América

  • Actualizado: 06 noviembre 2008 /

Michelito, el niño torero cumple su sueño en plaza más antigua de América

    Michelito Lagravere, el aprendiz de torero franco-mexicano que cumplirá 11 años en diciembre, realizó uno de sus más ansiados sueños: participar en la prestigiosa Feria taurina del Señor de los Milagros en la plaza de Acho de Lima, la más antigua de América Latina y la tercera en el mundo.

    Por su corta edad Michelito se ha convertido en un fenómeno mediático y su presentación en la novillada que abrió la temporada, donde mató a dos novillos el sábado pasado, despertó la misma cálida acogida que ha dejado a su paso por México, Francia y Guatemala.

    Michelito se diferencia de miles de sus coetáneos latinoamericanos en el fútbol: no se desvela por correr detrás de un pelota, tampoco sueña con imitar al astro brasileño Kaká ni tiene en su altar de ídolos a leyendas como Pelé o Diego Armando Maradona. Nunca pisó un estadio, casi una herejía en la región.

    La pasión de este niño de padre francés y madre mexicana nacido en Mérida (México) son los toros. Sus íconos son los diestros españoles Manuel Rodríguez, 'Manolete', matador de leyenda muerto en la plaza de Linares en 1948, y el contemporáneo José Antonio Morante de la Puebla.

    'Es mi pasión, como mi papá fue torero me gusta bastante el toreo. Quiero ser más grande que él. Quiero ser torero por siempre', dice a la AFP mientras agrega que también figuran entre sus íconos personajes de comics como el guerrero galo Astérix, el dibujo animado Bob Esponja y el Hombre Araña.

    Fuera del ruedo es un niño más: pierde la compostura en conferencias de prensa, hace bromas y su rostro se convierte en una enciclopedia gráfica de muecas que hacen las delicias de los fotógrafos. Pero el aprendiz de torero se transforma cuando salta a la arena vestido con su traje de luces, capote y muleta en mano. Su personalidad cambia para dar paso en un abrir y cerrar de ojos a un niño maduro, concentrado en los desafíos que enfrenta.

    Con un timbre de orgullo Michelito destaca que no ha sido herido en las más de 100 corridas en que ha participado. Su éxito se alimenta por una polémica que impulsan los antitaurinos en Francia, que no lo quieren en los ruedos, inquietos por la posibilidad de que su caso sea imitado por más niños. En Lima, no se manifestaron.

    'A mí no me gusta el fútbol y nunca llegaría a un estadio diciendo que ya no jueguen más fútbol. No hago propaganda contra el fútbol. Creo que es malo que digan que no puedo torear: una cosa es que no les guste y otra que pidan prohibir hacer a alguien lo que le gusta', dice Michelito.

    En Francia está prohibido que los niños maten a los novillos, cosa que no sucede en Perú y México, las principales plazas taurinas de América Latina.¿Divertimento o modo de vida?: 'La primera vez, a los seis años, lo tomé como un juego, pero ahora lo hago con más seriedad aunque sigue siendo un juego, pero no tanto', dice Michelito, a cuyo lado está su padre, Michel Lagravere, ex torero francés que vive en México, donde dirige una escuela.

    'Quiero tomar la alternativa y poder convertirme en un matador profesional a partir de los 14 años', explica mientras espera que le terminen de poner el traje de luces que vistió en la corrida en Acho, programada como aperitivo de la Feria del Señor de los Milagros, donde actuó junto con la mexicana de 16 años Lulú de la Vega y con la peruana Milagros Sánchez, de 19.

    Esta Feria es una de la más prestigiosas de América Latina y en ella participan los mejores matadores españoles. La Feria se realiza en la plaza de Acho, inaugurada en 1766 cuando Perú era colonia española, con capacidad para 13.000 espectadores. Es la más antigua de América y la tercera en el mundo, detrás de las plazas de toros de Béjar y de Zaragoza, en España.