La hermana Marie Simon Pierre es la pieza clave del proceso de beatificación del papa Juan Pablo II debido a que le atribuye que la curó del mal del Parkinson.
“Juan Pablo II me curó. Fue obra de Dios, gracias a su intercesión. No puedo decir lo que sentí realmente... Estaba enferma y sané.
Ahora corresponde a la Iglesia decidir si se trata o no de un milagro”, declaró emocionada la religiosa francesa. Según explicaron los responsables del Vaticano, Marie Simon estaba muy enferma cuando Juan Pablo II falleció.
“Cuando él murió tuve la impresión de perder a un amigo, alguien que me daba la fuerza para seguir adelante”, explicó la religiosa.
Fue diagnosticada con Parkinson en 2001. Ya no podía mover su brazo izquierdo y cuenta que le costaba a veces ver al pontífice en la televisión, ya que él sufría de la misma enfermedad en un estado más avanzado.
La monja, que llevaba cuatro años sufriendo la enfermedad, contó que tras la muerte de Juan Pablo II, el 2 de abril de 2005, ella y sus compañeras decidieron pedir al Papa polaco por su recuperación. Su superiora le pidió, a modo de súplica extrema, que escribiera en un pedazo de papel el nombre de Juan Pablo II, pero el resultado fue un garabato. Horas después, la religiosa sintió en la soledad de su cuarto el deseo de intentar escribir de nuevo tras escuchar en la noche una voz interior que la animó a poner el nombre de Juan Pablo II en un papel.
“Como si una voz dijera: ‘agarra el bolígrafo y escribe’, y el resultado fue perfectamente normal. Vi que mi mano se deslizaba sobre la hoja de papel sujetando el bolígrafo cuando antes no conseguía escribir ni una línea ni avanzar”, manifestó. La religiosa dice que se sintió renacer cuando dos meses después de la muerte del pontífice se despertó sanada.
Un neurólogo certificó el 7 de junio de 2005 la desaparición de todas las señales del mal del Parkinson en la mujer.
Su caso es el principal milagro recogido en la causa de beatificación de Karol Wojtyla, paso previo a su canonización.
Monseñor Slawomir Oder, encargado del informe de la canonización, explicó que se había escogido este “milagro” por encima de otros atribuidos al Papa polaco para demostrar que el pontífice, quien también sufría de Parkinson, sentía en su propia piel la batalla por la dignidad de la vida.
El padre Luc-Marie Lalanne, quien condujo la investigación, informó que un psiquiatra y tres neurólogos testificaron que no podían explicar la recuperación de la monja.
La reforma del Código de Derecho Canónico exige demostrar otro milagro para poder proclamar santo a Juan Pablo II.