20/12/2025
11:05 PM

A la sombra del perdón

Gerald Ford, el ex presidente de EUA, pasó a la historia por perdonar a su predecesor Richard Nixon por el escándalo “Watergate”, una decisión que, para bien y para mal, los analistas coinciden en que lo persiguió toda su vida.

Gerald Ford, el ex presidente de EUA, pasó a la historia por perdonar a su predecesor Richard Nixon por el escándalo “Watergate”, una decisión que, para bien y para mal, los analistas coinciden en que lo persiguió toda su vida.

Nixon se vio forzado a dimitir en agosto de 1974 después de que el rotativo “The Washington Post” revelase su participación en el caso de escuchas ilegales a la oposición demócrata.

El artículo provocó una crisis política sin parangón y llevó a buena parte de la opinión pública a exigir que Nixon pagase por sus actos, pero Ford optó por exonerarlo, una medida muy impopular en su momento que lo llevó a perder las elecciones de noviembre de 1976 frente a Jimmy Carter.

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1974 Gerald Ford posa junto a su familia en la salón Oval de la Casa Blanca.

Ahora es considerada como “acertada” por un buen número de historiadores.

De hecho, en 2001, el Centro Kennedy lo galardonó con el premio “Perfil del Coraje” que concede cada año a un estadounidense que haya demostrado valor al servicio de la vida pública.

“Creo que, en retrospectiva, el perdonar a Nixon fue lo correcto”, dijo William Howell, profesor de la Universidad de Harvard, quien sostiene que un juicio habría acaparado la atención pública e impedido a la Casa Blanca gobernar.

El carácter directo y abierto de Ford y su integridad hacen que con frecuencia se describa su personalidad como “ejemplar”.

“Lo veo como un modelo de la clase de ser humano que los estadounidenses deberían intentar colocar en la Oficina Oval”, dijo a Efe Fred Greenstein, profesor de la Universidad de Princeton.

“La honestidad es, al final, la mejor de las políticas”, dijo durante su discurso inaugural, en el que adelantó que la transparencia sería el distintivo de su mandato y en el que aseguró también que “la larga pesadilla nacional” estaba superada, en un signo conciliatorio que marcaría su paso por la Casa Blanca.

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1991 George Bush, Ronald Reagan, Jimmy Carter, Gerald Ford, y Richard Nixon.