Las definiciones del amor son tan extensas que podría haber un diccionario dedicado a esta palabra. Y es que la idea que cada persona tiene de este sentimiento varía de acuerdo a su edad y etapa de vida.
“El amor evoluciona continuamente, desde neurológica hasta conductualmente. En la juventud somos más idealistas, nos faltan experiencias y referentes de comparación. Los motores del enamoramiento son la atracción física y el deseo de gratificación.
“Cuando llegamos a la adultez, somos más aterrizados y realistas. Nuestro interés es tener un compañero con quien realizarnos como pareja y formar una familia”, señala el psicólogo Mario Guerra.
De acuerdo con el especialista, los jóvenes idealizan el amor a través de posters y fotografías de modelos. En esta etapa la aceptación social y la popularidad son factores que influyen en la interpretación del adolescente.
Conforme pasan los años, se descubre la fase del amor romántico e intenso. El apego a la pareja es mayor, pues se comparten proyectos y metas.
“En la juventud, los hombres son más independientes y las mujeres requieren mayor atención. Sin embargo, los papeles se intercambian en la edad adulta, pues los varones, después de jubilarse, pasan más tiempo en casa y buscan más a sus esposas, mientras que ellas quieren mayor libertad de espacio.
“La visión del amor varía continuamente, ya que con el tiempo, nos volvemos más tolerantes, pero menos apasionados. Sin embargo, si una pareja tiene los mismos intereses y perspectivas, puede permanecer unidas hasta por 50 años o más”, subrayó.
SIEMPRE ENAMORADOS
Para reinventar el amor todos los días, debe existir un sentido de renovación. Hacer rutinas de variaciones de los lugares que se visitan frecuentemente, preparar una cena romántica y cambiarse el look, pueden ayudar a sorprender a la pareja.
“Es importante que tanto en el noviazgo como en el matrimonio, siempre se busque el crecimiento personal del otro. No deben de romper sus sueños ni dejar pendientes insatisfechos de la juventud. Los pequeños cambios dan curiosidad al cerebro, le hacen percibir que la relación es cambiante y mantiene estimulado el placer. “No se deben anteponer los hijos a la relación, pues cuando se van de casa, las relaciones tienden a perder sentido”, explica Guerra.
Recuerda que siempre es importante poder tener tiempo para compartir en pareja. Destinen cierto día de la semana en la que solo serán el uno para el otro, salir de la ciudad, ir a cenar juntos, revivir el interés como pareja.
No se le debe dar cabida a la rutina o monotonía, los cambios siempre son buenos, y la creatividad e interés por renovar tu noviazgo o matrimonio, debe ser un trabajo de dos. Difruta cada etapa de tu relación y recuerda que el amor no se acaba solo se transforma y te conduce a buscar nuevas expectativas en tu relación no nuevas alternativas en busca de un nuevo amor.
El amor y sus etapas
Juventud
» De 14 a 22 años.
» El amor es importante en la medida que satisfaga las necesidades de popularidad y aceptación.
» La atracción está basada en el físico.
Madurez
» De 22 a 40 años.
» Se busca a un compañero de vida, con quien compartir proyectos y formar una familia.
» Surge el apego romántico a la persona.
» Se habla de tú y yo sin perder la individualidad.
A largo plazo
» De 40 años en adelante.
» Aquí es importante el reencuentro con el otro.
» Se regresa a los recuerdos del nacimiento de los hijos y de las fiestas.
» Hay comunicación.