Hay tantas formas de dar y recibir amor, que los dedos de las manos no serían suficientes para enumerarlas.
Para la doctora en sicología María del Carmen Sauceda, el amor es un sentimiento que se acompaña de emociones placenteras que producen alegría y bienestar.
El amor ha sido objeto de numerosos estudios, pues una de las creencias apunta a que la mujer es capaz de experimentar este sentimiento con más profundidad que el hombre.
“La diferencia de dar amor depende del contexto cultural, es decir, de cómo se le ha enseñado a esa persona a dar y recibirlo.
El amor en el hombre está más que todo enfocado en las relaciones sexuales, mientras que en la mujer va unido al sentimiento y la intimidad física se deja para un futuro no inmediato”, explica Sauceda.
Los sentimientos de alegría y bienestar de una persona enamorada se asocian a la dopamina, sustancia química que actúa en los ganglios basales del cerebro y es el neurotransmisor encargado de estimular la conducta.
Hoy la tecnología es otro gran aliado para dar amor. Es uno de los mejores canales, un correo puede expresarle sus sentimientos a un ser amado.
En las parejas el amor proporciona una sensación de pertenencia, caso contrario sucede con los amigos, pues el sentimiento que se experimenta es más libre.
Formas de dar y recibir amor
La mayoría de nuestras necesidades emocionales complejas pueden sintetizarse como la necesidad de amor. Hombres y mujeres tienen cada uno seis necesidades únicas de amor que son todas igualmente importantes:
Hombres. Necesitan fundamentalmente confianza, aceptación, aprecio, admiración, aprobación y aliento.
Mujeres. Ellas requieren primordialmente cuidado, comprensión, respeto, devoción, convalidación y tranquilidad.
La enorme tarea de imaginar qué es lo que nuestra pareja necesita se simplifica mucho a través de la comprensión de esas doce formas diferentes de amar.
Al revisar esta lista usted verá fácilmente porqué su pareja puede no sentirse amada.
Sabor Los mismos gustos culinarios pueden convertirse en la mejor forma de darse amor. Como dice el viejo refrán: “El amor entra por la cocina”.