El enlace de hoy entre Chelsea Clinton y el banquero Marc Mezvinsky es catalogado por los expertos como la boda de la década, e incluso del siglo, con cierta ironía. De lujoAlgunas publicaciones señalan que Chelsea confió su atuendo nupcial al diseñador Óscar de la Renta, mientras otras aseguran que lo hizo a la famosa Vera Wang.
Jeff Leatham, director artístico del hotel Four Seasons George V de París, se hará cargo de la decoración floral, y New Jersey-based Vali Entertainment de la música.
El vino saldrá de las viñas Clinton, y Bryan Rafanelli, un experto organizador de bodas, coordinará todo. Los baños portátiles serán rentados en más de 15,000 dólares cada uno.
Entre las extravagancias de la fiesta figuran unas carpas de vidrio con aire acondicionado que están disponiendo para los invitados y cuyo costo aproximado es de unos 600,000 dólares.
El escenarioEl enlace será en Astor Courts, una mansión a orillas del río Hudson al norte del estado de Nueva York en la población de Rhinebeck, cuyo propietario original, Jack Astor, murió en el hundimiento del Titanic al regreso de su luna de miel.
Actualmente, la mansión, que pretende recrear al Palacio de Versalles, es propiedad de Kathleen Hammer, una de las más importantes donantes de la campaña presidencial de la madre de la novia, la secretaria de Estado Hillary Clinton.
Algunos diarios reportan que varios adolescentes de la localidad fueron contratados para limpiar los jardines en preparación para la boda.
El edificio está a una hora y media de Nueva York en un complejo de unas 20 hectáreas con piscina y cancha de tenis al que se accede por una pista sin asfaltar bloqueada por una valla que promete incordiar a los paparazis que ronden por las inmediaciones.
La mansión de principios del siglo XX, una de las últimas obras del famoso arquitecto Stanford White, acogerá a los invitados de confirmarse, claro está, que será la sede del ilustre evento.
La agenda La celebración durará todo el fin de semana. Los festejos comenzaron ayer viernes, a las siete de la noche, con un coctel. El sábado a las seis de la tarde empieza la ceremonia por la boda entre Chelsea y su novio Marc.
Los invitados deberán lucir smoking y vestido largo. Todos se alojarán en hoteles del pueblo luego de haber atravesado los controles de seguridad de la Secretaría de Estado, oficina de gobierno a cargo de Hillary Clinton.
Serán recogidos por el hotel por un grupo de buses que llevan sus acreditaciones, necesarias para ingresar a la fiesta.
Habrá dos listas de regalos, pero los novios prefieren que sus invitados hagan donaciones para la recuperación de Haití y la Fundación Clinton, dirigida por el ex presidente Bill.
Entre 400 y 500 invitados participarán de un brunch el domingo en el pueblo, la última parte de la fiesta nupcial.
Además, se cerró el espacio aéreo de la zona para que ningún paparazi tenga fotos aéreas, lo que imposibilita aún más la cobertura de la boda.
Una ceremonia que apunta a ser lo más parecido a unas nupcias reales al otro lado del Atlántico y se prepara, igualmente, con absoluto hermetismo.
Se ha reservado un escenario idílico para un evento como el que todo el mundo espera, así como también para garantizar la seguridad de una majestuosa celebración en la que se dará cita lo más granado de la sociedad norteamericana.
Alrededor de 500 personas, entre familiares y amigos, podrían asistir, a un costo de 6,000 dólares por invitado, lo que representa la suma de tres millones de dólares.
La lista incluye a Oprah Winfrey, Barbra Streisand, Steven Spielberg y Kate Capshaw, y al antiguo primer ministro británico John Mayor, así como a varias celebridades de Hollywood y diseñadores de alta costura.
Michelle y Barack Obama no están invitados, según lo afirmó el propio presidente de EUA, aunque al inicio se manejó la información que sí lo eran.