20/12/2025
01:36 AM

Bodas de madera en la realeza

Cinco años se cumplieron ayer desde que la prensa del mundo entero se hiciera eco de la primera boda real del milenio: la de Haakon de Noruega con la joven Mette-Marit.

Cinco años se cumplieron ayer desde que la prensa del mundo entero se hiciera eco de la primera boda real del milenio: la de Haakon de Noruega con la joven Mette-Marit.

Aquella rubia de cuento que parecía tímida y asustadiza; sin embargo, cargaba sobre sus hombros con un pasado oscuro el cual, a medida que su relación con el príncipe Haakon se iba haciendo más oficial, fluía más libremente por los mentideros de Noruega: fiestas sin límites, amores peligrosos, es madre soltera, el padre de su hijo Marius era un presunto traficante de drogas y arrastraba una turbulenta vida familiar, pues venía de padres divorciados.

Por fortuna, su discreción y, sobre todo, el manifiesto amor que sentía por el príncipe Haakon hicieron que todo se olvidara y se le perdonaba. Capitaneaban esta cruzada de reconciliación con su pasado nada menos que los reyes, Harald y Sonia de Noruega.

Cinco años de amor

Su boda fue un tierno pastel de lágrimas y palabras dulces que entrecruzaba el príncipe Haakon con la mujer que había elegido como legítima esposa.

Romántica boda titularon los periódicos de aquí y allá y es que las lágrimas de un príncipe diciéndole “te quiero” a su princesa no tienen precio.

Ahora, tras cinco años ejerciendo de princesa heredera de la corona noruega, Mette-Marit se ha ganado el cariño de los suyos cumpliendo a rajatabla con el “sí quiero” que dio en público en la catedral de Oslo.

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Felices como nunca antes el día de la inolvidable boda.

“El amor triunfó”, proclamó el obispo de la capital noruega a lo largo de la ceremonia y esta frase provocó el llanto desconsolado de la joven que se enfrentaba al reto de ser princesa.

Dijo “sí quiero” y la pareja tiene, por el momento, dos hijos en común: Ingrid Alexandra, nacida el 21 de enero de 2004 y Sverre Magnus, quien vino al mundo, compañero de juegos del pequeño Marius, totalmente integrado en la casa real el 3 de diciembre.

Todo a favor

El 1 de diciembre de 2000 se hizo público su compromiso. Diez días más tarde, se la pudo ver por vez primera en un acto oficial, la entrega del Premio Nobel de la Paz.

Y así se fue perfilando lo que sería su “reinado” como princesa heredera. El pasado 3 de abril dijo sí a las Naciones Unidas y, desde entonces, la princesa Mette-Marit es representante especial del programa conjunto de la ONU sobre el sida.