Con un nivel de vida estimado en un tercio del promedio europeo y una economía minada por corrupción y burocracia, Rumanía afronta el mayor reto a comienzos del siglo con el ingreso en la Unión Europea, UE, en enero de 2007.
Bulgaria y Rumanía completan el 1 de enero de 2007 la ampliación al Este de la Unión Europea, que llega de este modo a 27 miembros, en una adhesión de la cual esperan obtener dividendos económicos, mientras les quedan por resolver importantes cuestiones, como la criminalidad.
Estos dos ex países comunistas -al igual que ocho de los diez que ingresaron a la UE en 2004- son relativamente pobres, un tercio del ingreso medio del bloque, aunque su rápido crecimiento hace que atraigan a los inversores extranjeros.
Rumanía
La economía rumana hace frente a unos problemas atípicos que los analistas estiman difícil de solucionar, aunque pueda disponer de unos 32,000 millones de fondos de cohesión de la UE en siete años y que podrán quedar inutilizados por falta de proyectos y peritaje.
Distintas
“Hay dos Rumanías totalmente distintas, la una urbana y la otra rural que la UE desea unir”, señala el analista económico Ilie Serbanescu, antes de precisar que el ingreso en UE supone “cambios extraordinarios y trastornos fundamentales”.
La agricultura rumana reúne el 40 por ciento de la fuerza de trabajo de este país y produce en su mayoría para consumo propio, en comparación con el 4 por ciento en los países europeos.
“La integración en UE no se podrá realizar sin la ruina de los pequeños productores y las pequeñas explotaciones agrícolas”, según Serbanescu que estima que unos tres millones de personas deberán abandonar la agricultura.
Emigración
Otro problema es que una población activa de sólo 4.5 millones de personas debe sostener a unos 6.5 millones de pensionistas que se convirtieron en el sector más desfavorecido.
Se añade a todo esto la emigración de unos 2 millones de rumanos que se fueron a trabajar la mayoría a Italia, España y Grecia, lo cual crea déficit de mano de obra sobre todo en la construcción.
El desempleo sigue situándose a niveles bajos, con una tasa general del 5 por ciento y que llega al 9.5 ó 10 por ciento en el este y sur del país y desciende al 2.7 por ciento en oeste y Bucarest.
Rumanía se vio obligada a recurrir este año a obreros de China para la industria textil, mientras que el Gobierno piensa solucionar este déficit con los rumanos que viven en países vecinos como Moldavia, Ucrania y Serbia.
Para tranquilizar a los europeos preocupados por una “invasión” de rumanos en busca de trabajo tras el ingreso en UE, las autoridades de Bucarest resaltan que el crecimiento económico sostenido pondrá fin a este fenómeno y que pronto los emigrantes volverán a casa.
Corrupción
Pese a todos estos desafíos, “Rumanía será una sorpresa agradable para la Unión Europea, teniendo en cuenta su formidable potencial de desarrollo”, aseguró el presidente rumano Traian Basescu.
Este país con 22 millones habitantes, que será el séptimo más poblado de la UE, tiene un crecimiento económico medio de entre 5.5 y 6 por ciento en los últimos seis años y espera finalizar 2006 con un aumento del 7.2 por ciento del Producto Interno Bruto, PIB, mencionó el mandatario rumano.
El consumo de la población es el principal motor del crecimiento, al que se suma el auge de las construcciones y de la industria.
Las inversiones extranjeras aumentaron de 5,200 millones de euros en 2004 y 5,400 millones de euros en 2005, a unos 7,200 millones de euros en los primeros diez meses de 2006, mientras que para 2007 las proyecciones se sitúan en 8,000 millones de euros.
El último informe de Transparency International indica que la corrupción sigue siendo un obstáculo para atraer inversiones y que Rumanía será el más corrupto país de la UE.
Los hombres de negocios se quejan de la burocracia y señalan que están obligados a sobornar a sus socios para acelerar la tramitación de los más de 500 documentos necesarios para crear una sociedad.
No obstante algo se mueve en Rumanía donde por primera vez en los últimos 17 años un ex primer ministro, Adrian Nastase, está siendo juzgado por corrupción y daños por valor de 1.4 millones euros.
Dos millones de emigrantes rumanos
Bucarest/Sofía. Cerca de tres millones de ciudadanos búlgaros y rumanos trabajan en ciudades de la Unión Europea, club al que se incorporarán sus respectivos países a partir del día 1 de enero del año 2007.
Dos millones de emigrantes rumanos están instalados en lo que ellos mismos llaman “occidente”, mientras que más de 820,000 búlgaros se han repartido como trabajadores en países ya pertenecientes a la Unión Europea.
En Bulgaria no existen datos precisos pero se calcula que en los últimos 17 años, después de la caída del comunismo, 120,000 búlgaros residen en España -de ellos 93,000 legalmente empadronados-, mientras que en Grecia hay más de 200,000 y otros 60,000 en Italia.
El destino preferido de los rumanos fue en el año 2006 la península itálica, donde se estima que hay ya casi un millón de ellos, seguida de España, con no menos de 850,000, y una cifra menor en Alemania.
Reservas
Los 22 millones de rumanos y 7.8 millones búlgaros fueron admitidos en el “club europeo”, con reservas. La UE decidió medidas de vigilancia excepcionales en áreas en que Bulgaria y Rumania tienen problemas: sistema judicial, corrupción, gestión de fondos europeos y seguridad alimentaria.