San Pedro Sula, Honduras.
Los altos costos de la materia prima ponen en aprietos a la producción artesanal de muebles de madera, en su mayor parte concentrada en pequeñas empresas, advierten dirigentes del sector.
De acuerdo con ciertos cálculos, de unos 300 talleres de muebles que operaban en San Pedro Sula y alrededores en los años 90, apenas unos 100 sobreviven en la actualidad.
Efraín Rodríguez, presidente regional de Asociación Nacional de Medianos y Pequeños Industriales de Honduras (Anmpih), explica la forma en que se han disparado los precios de la madera.
“En 1990, el pie tablar de caoba costaba L1.30, pero actualmente cuesta entre L80 y L90. El pie tablar de cedro costaba L0.90 y actualmente cuesta de L36 a L40”, y lo mismo sucede con otros tipos de madera.
Rodríguez argumenta que con estos altos precios resulta imposible competir con los muebles importados, los cuales en muchos casos se fabrican con materiales de calidad inferior como serrín comprimido.
Por otra parte, los pequeños fabricantes de muebles presentan un rezago tecnológico, pues utilizan maquinaria de hace 30 años o más, lo que dificulta el aumento de la productividad.
Los altos costos de la materia prima ponen en aprietos a la producción artesanal de muebles de madera, en su mayor parte concentrada en pequeñas empresas, advierten dirigentes del sector.
De acuerdo con ciertos cálculos, de unos 300 talleres de muebles que operaban en San Pedro Sula y alrededores en los años 90, apenas unos 100 sobreviven en la actualidad.
Efraín Rodríguez, presidente regional de Asociación Nacional de Medianos y Pequeños Industriales de Honduras (Anmpih), explica la forma en que se han disparado los precios de la madera.
“En 1990, el pie tablar de caoba costaba L1.30, pero actualmente cuesta entre L80 y L90. El pie tablar de cedro costaba L0.90 y actualmente cuesta de L36 a L40”, y lo mismo sucede con otros tipos de madera.
Rodríguez argumenta que con estos altos precios resulta imposible competir con los muebles importados, los cuales en muchos casos se fabrican con materiales de calidad inferior como serrín comprimido.
Por otra parte, los pequeños fabricantes de muebles presentan un rezago tecnológico, pues utilizan maquinaria de hace 30 años o más, lo que dificulta el aumento de la productividad.