Centroamérica y República Dominicana cerraron el pasado año con más de 25 millones de visitantes, tras un aumento del 11 por ciento, y apuestan por crecer en este ejercicio reforzando la conectividad aérea con Europa, especialmente con Madrid y Londres, anunció ayer la Agencia de Promoción Turística de Centroamérica (Cata).
La región avanza en la consolidación de la marca Centroamérica como destino turístico, integrada por Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana -todos los países de la zona a excepción de Costa Rica- y se ofrece como alternativa emergente para el turismo europeo.
Su propuesta en Fitur, presentada este martes en Madrid en vísperas del inicio de la Feria Internacional de Turismo, se centra en cuatro grandes productos: Caribe, Pacífico, turismo de naturaleza, y mundo maya y las etnias de la costa Caribe, explicó a EFE Boris Iraheta, secretario general de Cata.
El turista que viaja a Centroamérica, agregó, “busca un destino de cultura, de aventura y naturaleza”, con Estados Unidos como principal emisor a la región, seguido de Europa, con España a la cabeza -más de 476.000 viajeros el pasado año.
La era Trump. El sector se muestra expectante tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. “Hay que esperar, nos planteamos un escenario para mantenernos en alerta”, agregó Iraheta.
No obstante, consideró que “a nivel global”, puede suponer una ventaja para la región porque “es posible que mercados como el norteamericano o el asiático vuelvan a ver Latinoamérica como destino turístico”.
La seguridad es otro de los desafíos para la región, admite el ejecutivo de Cata, que sostiene que los países de la zona trabajan sobre el tema.
“Estamos tratando de cambiar la percepción”, apunta, con campañas como ‘Centroamérica, Segura sin duda’, que subraya la riqueza histórica y cultural de la zona por encima de sus problemas de seguridad.