La mexicana Berenice Álvarez es la actual gerente de marca senior para Johnson & Johnson en México. Firmó su contrato en septiembre de 2007, pero la empresa la esperó alrededor de nueve meses para que asumiera el cargo con el MBA en sus manos.
Como estudiante del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa, Ipade, en Ciudad de México, al igual que sus compañeros, conoció a ésta y otras compañías en encuentros organizados por el Centro de Dirección de Carrera, Cedic, de la escuela. Entabló una relación laboral, la que se concretó al finalizar sus estudios en julio de este año.
Es lo que en las escuelas de negocios se conoce como dirección de carrera, colocación en el mercado laboral o coaching. Y consiste en educar a los estudiantes para desarrollar sus aptitudes, enseñarles a enfrentar los requerimientos del mercado -desde cómo hacer un currículum eficiente hasta qué decir en una entrevista laboral- y ayudarlos a encontrar un trabajo.
En el Ipade, la formación de los estudiantes no termina. Incluso los ex alumnos pueden tomar cursos de actualización. “Pagas una anualidad y vale la pena, porque sigues conociendo empresas y contactos”, dice Álvarez. El Cedic busca orientar a los alumnos en su plan profesional y contactar a los graduados con las compañías.
Para esto son fundamentales las visitas de empresas al campus. “Queremos que conozcan el día a día de su labor profesional”, explica Ricardo Murcio, director del Cedic. Pero más importante aún son los trabajos de verano que hacen los alumnos entre el primer y segundo año de estudio, en los que fortalecen sus relaciones con las empresas. Incluso algunos quedan contratados, como la colombiana Ximena Ortega, quien estuvo tres meses en el laboratorio farmacéutico Janffen Cilag de Johnson & Johnson.
Algunos pueden elegir. Berenice Álvarez hizo su trabajo de verano en el Banco Ixe, que la invitó a formar parte de su staff. Pero optó por Johnson & Johnson.
Pero no todo es firmar. Parte importante es el trabajo previo de los alumnos. “La preparación parte con una evaluación de 360 grados”, dice Loreto Larraín, coordinadora del Centro de Colocaciones Empresariales de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, UAI, en Santiago. “La idea es tener una radiografía de sus competencias y liderazgos”. Todo pensado en un grupo de alumnos que deja de trabajar para estudiar el MBA y para quienes es necesaria una rápida vinculación con el mercado.
Para esto, la UAI trabaja con la empresa DBM, especializada en transición organizacional, con la cual realizan talleres para hacer una revisión de sus planes laborales y para que conozcan cómo funcionan los programas de reclutamiento. “Cuando ya va terminando el MBA, el trabajo es más con herramientas prácticas”, agrega Larraín. Hoy, las empresas buscan ejecutivos con buenas relaciones y que sepan tomar decisiones, adaptarse al cambio e innovar. “Loreto te hace todo un seguimiento, te ayuda a encontrar tus áreas de intereses y te prepara para las entrevistas”, dice Nicol Labbé, encargada de relaciones internacionales del instituto chileno Inacap y quien consiguió este trabajo a través de la UAI.
El peruano Fernando Ferreyra fue incluso más allá. En julio de 2006 decidió dejar Lima para estudiar el MBA Internacional de la UAI, en Santiago. Y aunque pensaba volver a su país al concluirlo, optó por irse a trabajar a Guatemala al importador de fertilizantes Disagro. “Ellos siempre están buscando candidatos de universidades como Incae, UAI y la Universidad Católica de Chile”, dice Ferreyra. Fue seleccionado como analista financiero. “Las compañías asumen que tienes el conocimiento y les importa ver tu inteligencia emocional y cómo trabajas en equipo”.
En tanto, en la escuela de negocios Fundação Instituto de Administração (FIA) de la Universidad de São Paulo buscan fortalecer las redes entre sus estudiantes. “Tenemos un portal para alumnos que permite la relación entre ellos y los ex alumnos de FIA”, explica Adalberto Fischmann, director educacional de FIA.
MBA llegan al mundo 2.0
Cuando al mexicano Carlos Maciel le hablaban de finanzas, se sentía con desventaja. Este ingeniero agrónomo y coordinador de distribuidores de la empresa de maquinaria agrícola John Deere, sentía que necesitaba estudios para complementar su formación”. Pero no podía ser cualquier programa, porque Maciel viaja constantemente por su trabajo.
Y además, quería un máster de calidad. “Buscaba valor por mi dinero”, dice. Así, Maciel llegó al programa Global MBA Online del Instituto de Empresa de España, IE, el cual finalizó en juliodel año pasado.
Así como Maciel, cada vez más ejecutivos quieren estudiar mientras trabajan y, por lo tanto, ven en los MBA en línea una buena alternativa. Eso sí, de universidades con prestigio y que les garanticen calidad y contactos. “El IE me llamó la atención, porque era una escuela extranjera y tenía un ranking muy bueno”, dice. Pero antes Maciel se paseó por otros programas. “Mi primera opción era el Tecnológico de Monterrey, que también tiene un formato online, pero eran más de 300 alumnos”, señaló.