18/05/2024
12:15 AM

Maltrato histórico

    Hablamos de un maltrato histórico, histórico que a nadie le importa, a nadie, ni a la universidad, ni a la facultad, ni a las autoridades de los hospitales, todos”, desgarradora aseveración de la titular de la Secretaría de Salud que debiera reconocer que la reacción ante semejante situación se ha originado por la decisión de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) de retirar a los futuros profesionales de la medicina de los hospitales si no hay un cambio de raíz en el trato a los jóvenes y consideración a su ardua y sacrificada, bien sacrificada labor.

    La posición firme para lograr una negociación alejada de la demagogia política y encubridora, generalizada en la administración pública, ha logrado un acercamiento y la posibilidad de lograr acuerdos que favorezcan no solamente a los jóvenes, sino, sobre todo, a los pacientes sobre cuya atención recaería directamente la negativa a las demandas presentadas por la Unah que no son antojadizas, sino muy tardías, pues el trato tanto del personal del hospital como de los responsables en la facultad, ahogaba, literalmente, las aspiraciones de estudiantes en sus últimos períodos. Profesionales de la medicina reconocen que la retirada de los estudiantes traería serias consecuencias. ¡Y cómo no! ¡Por décadas los jóvenes han sido utilizados como “carne de cañón! Las jornadas diurnas terminaban cuando el responsable o el jefe de sala señalaba. En las nocturnas no pocas veces se pegaban a las diurnas reflejadas las horas de trabajo en los tensos rostros de los estudiantes.

    El asunto es calificado de alto interés, pues las deficiencias en el sistema público de salud se multiplicarán si no hay acuerdo y los estudiantes dejan de atender en las salas o en otras labores más delicadas, como quirófano, en las que ir completando el aprendizaje iniciado teóricamente en las aulas. En odontología viven algo parecido. Los estudiantes fueron privados de espacios para su descanso. A lo anterior, también en el campo de salud, hay que añadir los problemas de estudiantes de enfermería en servicio social para quienes el horario laboral lo señala el encargado de planta y así, en ocasiones, hilan noche y día.

    Es más que bueno que los jóvenes comprendan la importancia del período de su carrera destinado a la práctica, a la enseñanza de campo, necesaria y sumamente saludable no solo para el ejercicio de su profesión sino para la salud, para salvar vidas, y para los pacientes que requieran de sus servicios en clínica particular o en hospitales. Pero eso no significa explotación o abuso, pues el resentimiento en muchos de ellos se reflejará en su vida profesional. El maltrato histórico tiene que desaparecer, no olvidarse para no repetirlo en beneficio de todos los hondureños y en saludable y eficaz ejercicio de la profesión.