21/12/2024
08:40 AM

Aquí no pasó nada: Plutarco tras matar a Miss Honduras Mundo

Testigo relató a la DNIC que el cuñado de María José Alvarado obligó a las personas que estaban en el balneario a que le ayudaran a enterrar a las hermanas Alvarado.

Santa Bárbara, Honduras.

Nada inmutó a Plutarco Antonio Ruiz Rodríguez cuando desenfundó su pistola calibre nueve milímetros y disparó contra las hermanas María José y Sofía Trinidad Alvarado Muñoz, establece un extracto del informe investigativo sobre el doble crimen que conmocionó a Honduras y al mundo.

Las declaraciones tomadas a testigos por agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) dejan claro que el ataque contra la Miss Honduras Mundo, María José Alvarado, y Sofía Trinidad se produjo a las 9:00 pm en el balneario Aguaga, la noche del 13 de noviembre.

“Aquí no pasó nada”, exclamó Paco -como es más conocido Plutarco- cuando los cuerpos de las dos muchachas quedaron inertes en la pista bailable del balneario. Y tras lanzar su amenaza agregó: “Al que hable lo voy a partir”.

VEA: ¿De qué se ríe Plutarco Ruiz?

De los 18 a 20 invitados que asistieron a la fiesta de cumpleaños, pocos quedaron en el local tras la muerte de las muchachas.

La descarga de los proyectiles que impactaron en los cuerpos de Sofía Trinidad y María José provocó la estampida de la mayoría de amigos.

Los que quedaron, según las declaraciones, fueron presuntamente obligados a colaborar para sacar los cuerpos del balneario, limpiar el área y salir con Plutarco hasta la propiedad que escogió para enterrar a sus víctimas.

“No preguntó ‘pueden’”, dijo un testigo. “Ordenó que todos debíamos ayudar”.

Cuatro implicados

Los hombres, cuatro en total, según las investigaciones, subieron los dos cuerpos al pickup blanco, cabina sencilla, propiedad de Paco.

Pero antes, del propio balneario sacó las palas y la cal para, según él, borrar cualquier pista que lo vinculara a los asesinatos.

Desde esa hora hasta las 3:00 am, aquellos hombres excavaron bajo el árbol de guanacaste. “Fueron seis horas para terminar de consumar lo que él creyó un plan perfecto”, dijo un investigador. Sin embargo, lejos estaba Paco de saber que en pocos días el crimen sería descubierto.

Cuando la fosa fue abierta, del vehículo bajaron primero el cuerpo de María José.

Una vez colocado en el agujero de pocos metros de profundidad regresaron por el cadáver de Sofía; los cuerpos quedaron uno sobre otro. No cubrieron inmediatamente con tierra la fosa. Les lanzaron cal buscando que acelerara el proceso de descomposición y que el olor no se esparciera en el ambiente. Según el testigo, Paco salió de la zona con sus cómplices. Nunca tuvo visos de arrepentimiento, asegura.

Ninguno comentó lo ocurrido y Paco adoptó el papel de novio angustiado, al grado de ir a acompañar a la madre de las dos jóvenes a poner la denuncia de la desaparición de sus hijas, relataron los investigadores. Para muchos, la risa que ayer no se cansó de mostrar solo confirma su crueldad.