Las personas respiran poco profundamente cuando tienen miedo. A quien se asusta se le corta el aliento. Si se encuentra estresado, respira agitadamente; Sin embargo debería respirar hondo para reducir la tensión. Estos ejemplos demuestran que la respiración dice mucho del estado sentimental de una persona.
Por esta razón, una respiración consciente también sirve para influir en el estado de ánimo. La respiración es un aspecto central sobre todo de una terapia de relajación. “Desde el punto de vista psicoterapéutico, la respiración es un detector muy fino. Por algo, un detector de mentiras mide con un cinturón de pecho la frecuencia respiratoria”, dijo Björn Husmann, presidente de la Sociedad Alemana para Técnicas de Relajación. Cualquier estado anímico o físico influye en la respiración, independientemente de si uno carga cajones pesados, tiene que resolver un complicado problema matemático o tiene contracciones. “En cierto sentido, la respiración es un nexo de unión entre el cuerpo y la mente”.
Beneficios
Por ejemplo, una respiración conscientemente lentificada es una suerte de botiquín de primeros auxilios para las primeras manifestaciones de angustia, explicó Husmann.
Y es que la frecuencia respiratoria también influye en la frecuencia cardiaca: si usted respira honda y tranquilamente, su corazón late de forma menos agitada. Este efecto también existe a la inversa. “La respiración forma parte del sistema nervioso vegetativo. Podemos intencionadamente influir en ella, a diferencia de la hipertensión y el latido cardiaco”, dice Heike Höfler, autor de libros sobre los beneficios terapéuticos de la respiración.
Técnicas
Muchas técnicas de meditación aprovechan la observación de la respiración para la concentración. Las más conocidas son el zen y la meditación Vipassana. Estas técnicas están enfocadas a observar primero solo las reacciones del cuerpo a la respiración. ¿Dónde siento primero la acción de respirar? ¿Hasta dónde puedo seguir la respiración en el cuerpo? El efecto de este ejercicio es de relajación, porque uno se concentra exclusivamente en el cuerpo, sin que haya otras ideas que le rondan por la cabeza, indicó Ilka Pundt, psicóloga alemana. Höfler recomienda hacer ejercicios durante ocho semanas, de ser posible diariamente durante diez hasta 15 minutos. En adelante basta con hacer el ejercicio dos o tres veces a la semana. No permita que el estrés dañe su estilo de vida, siga las recomendaciones de los expertos y mejore su estado físico y anímico.