Su habilidad para hacer diseños en uñas pasó de un pasatiempo a una profesión. Su historia de emprendimiento es un vivo ejemplo de #Sacalobueno.
“En 2010 inicié pintándole las uñas a mis amigas. En ese entonces no era muy común pintarse todas las uñas de distintos colores. Jamás me imaginé a dónde iba a llegar, ¡nunca lo imaginé!”, afirma con humildad Taisha.
Mientras la mayoría de las jóvenes de su edad se enfocan en cómo disfrutar su juventud. Taisha no escatima esfuerzos para sacar adelante su negocio.
'Uno de los mayores sacrificios que he tenido que hacer es mi tiempo, solo tengo 23 años y muchas veces me ha tocado trabajar los domingos y cuesta, porque ahorita mi prioridad es esto'.
Taisha está muy agradecida por la confianza y lealtad de quienes creyeron en su talento desde un inicio. 'Para mí desde que inicié mis clientas siempre han sido parte de mi equipo, sin ellas Taisha no habría podido llegar hasta donde ha llegado. Tengo clientas que me siguen desde el 2010. Confiaron en mi sin haber tomado clases de uñas; yo logré especializarme hasta hace un año. Son parte muy importante y para mi, son una bendición'.
Por los obstáculos que ella misma ha enfrentado Urías le da un consejo a las mujeres emprendedoras. 'A las lectoras les recomiendo que si tienen un sueño que no se queden estancadas, no crean que no lo van a poder lograr. Si primero lo soñamos, Dios nos da esa oportunidad de cumplir ese sueño. Lo que uno tiene que hacer es descubrir ese talento y explotarlo'.
'Les recomiendo que sean seguras de sí mismas, que esten seguras de lo que hacen, que lo hagan con entusiasmo y con pasión'.
“Maquillar novias es lo que más disfruto. El que cuente conmigo el día más importante de su vida es muy especial”.
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Se autodefine “como una mujer independiente, que sabe lo que quiere y que valora lo que ha tenido que pasar para llegar hasta donde ha llegado; y aventurera, por tener un montón de responsabilidades a los 23 años. Es muy difícil, y soy soltera!”.
Desde sus comienzos imparte talleres de diseño de uñas, y hace un año, clases de maquillaje. “Pienso que al compartir mis conocimientos más me bendice Dios”, dice sin egoísmo.
“Soy de un pueblo que se llama Tegucigalpita en Omoa, Cortés”. Hizo la primaria y bachillerato en Tegucigalpa. “Luego me vine a San Pedro a vivir sola en 2010 para estudiar en Unitec. Al principio, mi abuelo me lo pagaba todo, pero sufrió un accidente en la columna y ya no pudo seguir pagándome la universidad. Por ello se acumularon las cuotas, se hizo grande la deuda y me tocó pagarla. Me organicé: un día iba a la Unah; otro a la Privada; luego a la Católica y el jueves que me tocaba ir a Unitec iba a pagar la cuota, ¡pintando uñas!”.
Hoy es técnica especialista en el cuidado de manos y pies, uñas artificiales y maquillaje profesional. Además, pasante de la carrera de Mercadotecnia y Negocios Internacionales en Ceutec. En 2014 abrió su propio salón: Taisha Nail & Makeup Art.
Metas próximas
'El más grande que tengo si Dios lo permite es aperturar mi escuela de maquillaje, voy a unir los dos locales, y asi poder ayudar a otras personas. Pienso que al compartir mis conocimientos más me bendice Dios'.
'También anhelo dar clases en varios países, porque disfruto mucho eso, dar clases, no solo compartir una historia, también el poder ayudar a cumplir el sueño de una persona; y obviamente, terminar mi universidad y tener más tiempo para dedicarme a mi misma'.
Es una campaña lanzada por LA PRENSA que celebra los detalles que nos alegran cada día y los hechos que nos enorgullecen, es una invitación a sacar lo mejor de nuestra gente que merece ser destacada: gente luchadora, emprendedora, con grandes sueños e infinitas ganas de mejorar.
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