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Del capricho… al disparate

  • 05 marzo 2011 /

Fue uno de los grandes maestros del romanticismo español; pintor de reyes y nobles. Sus óleos religiosos y sus tapices representan...

Fue uno de los grandes maestros del romanticismo español; pintor de reyes y nobles. Sus óleos religiosos y sus tapices representando estampas españolas de época, se conservan en los grandes museos del mundo. Autor de obras tan universales como La Maja Desnuda, es Francisco de Goya uno de los grandes pintores y grabadores de la España de mediados de 1700 hasta las primeras décadas del 1800.

Sin embargo, poco se habla en nuestro país de sus otras grandes obras; aquellas alejadas por completo del trazo textual y el realismo. Aquellas piezas donde el autor se aleja de la estética oficial (la misma que él impuso) y denuncia con verdadero desparpajo los vicios y estupideces humanas. Goya se dedica en los últimos años a “escupir monstruos” ante su decepción por la humanidad.

Así, por ejemplo, su serie de pinturas al óleo creadas para decorar su casa de campo y tituladas Pinturas Negras, son verdaderos ejemplos de una pintura “contestataria” que además, revoluciona los conceptos de la plástica. Una revolución que no sólo se limita a los aceites; en los grabados volverá a tocar el tema, denunciando lo más bajo de la condición humana.

Por ejemplo, en la serie “Los caprichos y los desastres de la guerra” Goya exhibe la enorme “sin razón y defectos” de los hombres a través de terribles monstruos; más adelante, con la serie “Disparates”, Goya libera finalmente su inconsciente y termina pintando sus pesadillas; verdaderos monstruos que representan a la humanidad y sus bajezas.

Pero Goya no sólo libera su carga espiritual; estéticamente crea las bases de las futuras escuelas de la pintura de vanguardia, entre ellas, el surrealismo.

Así llega Salvador Dalí al encuentro con Goya cien años después. Dalí, rey del surrealismo, encuentra en los grabados del Maestro a su verdadero antecesor y se funde con él en sus piezas. Ya por la vía del retoque de color, ya por la inclusión de nuevos fondos o figuras; ya por la transformación total de textos e imágenes e incluso agregando claros grafismos obscenos que representan su vida y su obra.

“Del capricho al disparate” es una obra gráfica de Salvador Dalí basada en los grabados de Francisco de Goya. Una conexión surrealista que sorprende por el descubrimiento que hace Dalí de Goya como su precursor.

La exposición se encuentra en el Museo para la Identidad Nacional, MIN, en Tegucigalpa. Una exhibición de 80 piezas que permanecerá un par de meses más y la cual vale la pena recorrer. No todos los días tiene uno la oportunidad de ver a dos gigantes del arte universal en nuestro país. Sólo recuerde que el MIN permanece cerrado los días lunes.