Guerrero, México.
La Policía Federal y el Ejército mexicano desplegaron un megaoperativo de búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos hace dos semanas, al norte de Guerrero, donde además desarmaron a los policías municipales de tres municipios.
El operativo se desplegó ayer por la madrugada, donde retiraron las armas a los policías y también se llevaron los equipos de radiocomunicación para ser analizados por la división de inteligencia de la Policía Federal.
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La operación en el estado de Guerrero es respaldada por un despliegue que de manera simultánea supervisan la Marina Armada de México y la Gendarmería.
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Hasta el momento solamente se ha confirmado que las Fuerzas Federales mantienen el control de estos tres municipios.
Unos 50 vehículos de la Gendarmería mexicana, con unos 200 elementos que llevan perros y caballos de reconocimiento y acompañados de unidades militares, se sumaron al operativo en Iguala.
Según las investigaciones que está realizando la Policía Federal, los policías de estos dos municipios pueden ser los principales responsables de la desaparición de 43 estudiantes en Iguala el pasado 26 de septiembre, en una noche en la que también murieron 6 personas y resultaron heridas otras 25.
Una desaparición “casual'
Sidronio Casarrubias, el líder del grupo criminal Guerreros Unidos, detenido el pasado jueves, dijo que la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fue “casual” y un hecho que él no ordenó, pero al que tampoco se opuso cuando le consultaron.
Así lo reveló el titular de la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam, quien ubicó a Casarrubias como el jefe de una banda criminal que estuvo implicada en los hechos violentos ocurridos en Iguala, cuya aprehensión significa “el principio de una nueva investigación”.
Se desconoce quién fue la persona que le consultó a Casarrubias del ataque contra los estudiantes, según Univisión.
Hasta el momento hay 36 policías municipales de Iguala y de la vecina Colula detenidos y al menos un funcionario tuvo que ocultar pruebas en la noche de los hechos.
El alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda, actualmente prófugos, siguen en la mira no solo de las autoridades, sino de los pobladores, que han colocado sus fotografías en Iguala con la leyenda de “criminales”.