Las personas que beben mucho café podrían dar gracias a su genética por sus ansias de tomar la bebida, según un estudio reciente.
Los investigadores han vinculado seis genes con el consumo de café por parte de una persona. Todos los genes están relacionados con la respuesta corporal a la cafeína, según el estudio.
'Se trata de genes que previamente no se habían relacionado con el café, y muestran que hay algunas bases genéticas para nuestra conducta de consumo del café', dijo la autora principal, Marilyn Cornelis, investigadora asociada de nutrición en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
Estos genes podrían ayudar a explicar por qué algunas personas disfrutan más del café que otras. 'Mi respuesta a una taza de café podría ser muy distinta a la respuesta de otra persona a la misma taza', dijo Cornelis.
También podrían explicar la popularidad de las bebidas energéticas y otros productos que contienen cafeína, dijo Rachel Poole, miembro postdoctoral del Centro de los Sentidos Químicos Monell, en Filadelfia, un instituto científico sin ánimo de lucro dedicado a la investigación sobre los sentidos del gusto y el olfato.
'En el pasado, el café y el té eran las fuentes primarias de cafeína en el mundo. Ahora hay muchos más productos que contienen cafeína: las bebidas energéticas, el agua con sabores, los chicles', dijo Poole. 'Por lo tanto, es importante que comprendamos los factores genéticos subyacentes a la ingesta de cafeína, ya que los patrones de consumo de cafeína han cambiado'.
El café es una de las bebidas más populares en todo el mundo, según la información de respaldo del estudio. En Norteamérica, las personas que beben café normalmente consumen aproximadamente dos tazas al día. En Europa, el promedio es aproximadamente de 4 tazas al día, según el estudio.
Especial
Las investigaciones previas han vinculado el consumo de café regular con un riesgo más bajo de Parkinson, diabetes tipo 2 y enfermedades hepáticas, según el estudio. Pero no toda la investigación realizada sobre el café es positiva. La bebida también ha sido relacionada con problemas cardiovasculares y otros problemas para la salud, informó el estudio.
Los investigadores descubrieron los seis genes 'del café' después de revisar 28 estudios anteriores sobre la configuración genética de más de 120,000 personas que beben café. Compararon la genética de cada persona con cuánto café dijeron que bebían regularmente cada día.
'De 2.5 millones de variantes del genoma, hallamos unas pocas que estaban fuertemente vinculadas con el consumo de café', dijo Cornelis.
Dos de los genes están relacionados con el modo en que el cuerpo de una persona metaboliza la cafeína, según el estudio.
'Los individuos que consumen cantidades más grandes de café podrían metabolizar la cafeína con más rapidez que las demás, y esto podría deberse a su configuración genética', dijo Poole.
Otros dos genes parecen estar relacionados con la 'sacudida' que una persona recibe con la cafeína. Esos genes están relacionados con los centros de placer del cerebro, y probablemente influyan en la cantidad de estimulación o disfrute que proporciona la cafeína, dijo Cornelis.
Los dos últimos genes 'fueron realmente inesperados', comentó Cornelis. Esos genes previamente habían sido relacionados con el metabolismo de las grasas y los azúcares, pero no se había sospechado que influenciaran la respuesta corporal al café.
Esto indica que los genes podrían impactar los procesos cerebrales que perciben los niveles de glucosa en la sangre, lo que a su vez podría influir en la respuesta de una persona a la cafeína.
Poole advirtió que aunque estos genes específicos responden a la cafeína, probablemente haya otros factores que influyan en el amor de una persona por el café.
'No sería correcto concluir que el consumo de café esté motivado solamente por las respuestas genéticas a la cafeína. Hay muchos componentes bioactivos en el café que podrían determinar el consumo de café', dijo. 'Además, muchas personas añaden leche y azúcar al café, y los factores genéticos subyacentes a la ingesta de leche y azúcar podría influir en la ingesta de café'.
El próximo paso en la investigación será examinar los genes identificados en este estudio y observar si tienen un efecto en el riesgo de ciertas enfermedades, dijo Cornelis.
Los hallazgos aparecen en la edición del 7 de octubre de la revista Molecular Psychiatry.