El presidente estadounidense, Barack Obama, retomó hoy su agenda nacional, tras una productiva gira por Asia y Australia, con la vista puesta en las medidas unilaterales sobre inmigración que se prevé anuncie esta misma semana pese al rechazo frontal de los republicanos.
Después de haber pasado la última semana en China, Birmania y Australia, Obama almorzó este lunes con su vicepresidente, Joseph Biden, y contemplaba reunirse con algunos de sus altos asesores en la Casa Blanca, pero todo ello a puerta cerrada.
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Mientras Obama se encontraba en Birmania comenzaron a aparecer en la prensa estadounidense las primeras filtraciones de su plan ejecutivo sobre inmigración, que evitaría la deportación de entre 4,5 y 5 millones de indocumentados.
Desde Rangún, Obama recordó que, hace varios meses, advirtió al líder republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, de que, si el Congreso no actuaba, él usaría 'toda la autoridad legal' que posee para tratar de que el sistema migratorio 'funcione mejor'. 'Y eso va a suceder, va a suceder antes de que finalice el año', enfatizó el presidente.
Millones de indocumentados se encuentra a la expectativa ante el anuncio del plan de Obama que se espera ocurra algún día de esta semana, aunque está pendiente de recibir las 'recomendaciones finales' de su secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, para definir los detalles de las medidas, según han comentado su portavoz, Josh Earnest.
Una 'pieza clave' del plan de Obama, es permitir que muchos padres de niños que son ciudadanos estadounidenses o residentes legales obtengan permisos de trabajo y eviten así la deportación.
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Destacados demócratas del Senado, encabezados por el líder de su mayoría en esa cámara, Harry Reid, mostraron hoy su apoyo a Obama en una carta en la que instan al mandatario a usar sus poderes ejecutivos 'bien establecidos' para mejorar el sistema migratorio.
'Apoyamos firmemente su plan para mejorar el sistema de inmigración todo lo que pueda dentro de su autoridad legal, y vamos a permanecer junto a usted para respaldar los cambios que mantengan unidas a las familias, sin dejar de hacer cumplir nuestras leyes de inmigración de una manera que proteja nuestra seguridad nacional y la seguridad pública', dicen los firmantes.
Los senadores recuerdan, además, que dos expresidentes republicanos, Ronald Reagan y George W.H. Bush, tomaron también medidas ejecutivas para proteger a indocumentados que habían quedado fuera de la ley sobre inmigración de 1986.
Los republicanos, por su parte, advirtieron que cualquier acción unilateral de Obama impedirá que el Congreso apruebe una reforma migratoria integral y pondrá en peligro el consenso bipartidista en otros asuntos.