Cortés, Honduras
Los celos originaron supuestamente el crimen de tres hermanitos en la aldea Agua Azul Rancho, Santa Cruz de Yojoa.
Las víctimas son Miguel Ángel (15), Marlene Maribel (14) y Noel Chacón Argueta (11), ultimados a machetazos la noche del pasado martes.
La Policía capturó ayer al supuesto autor del triple crimen, Alejandro Hernández (31), quien habría matado a los tres menores por celar a su mujer, de 18 años.
Según el informe policial, los menores fueron interceptados por Hernández cuando se dirigían a su casa en la aldea Agua Azul Rancho.
Rosa Dilia Argueta, madre de los menores, dijo que su hijo Miguel Ángel salió el martes a eso de las 4:30 pm a cargar su celular en una oficina en una comunidad un poco lejos de su casa y debido a su demora, sus dos hermanitos salieron a buscarlo.
A eso de las 10:00 pm, los menores aún no regresaban; sus padres salieron en su búsqueda y los encontraron muertos, tirados entre unas piñeras de la colonia La 18.
“Nunca había tenido un dolor como este, pues me mataron a tres de mis hijos”, expresaba la mujer entre el llanto. “Para nosotros, él -Alejandro Hernández- los mató porque ya más antes le había dicho a Miguel Ángel que le quería quitar el celular que andaba mi hijo, un buen teléfono de cinco mil lempiras”.
Mujer le tiraba picos
La señora explicó que Hernández tenía celos con su hijo Miguel Ángel porque decía que le enamoraba a la mujer.
“Mi hijo le decía que eso no era cierto, pero Alejandro le mandaba mensajes bien feos a mi muchacho porque la mujer de él (Alejandro) en su cara le tiraba picos a Miguel Ángel”, expresó Argueta.
Explicó que son vecinos de Hernández y que este y su hijo eran compañeros de trabajo como jornaleros.“Para nosotros, él los mató por celos porque mi hijo no tenía problemas con nadie más”, aseveró. “Mi hijo no le decía nada a la mujer de Alejandro para evitar problemas, pero ella siempre le tiraba picos pese a que su marido se enojaba”.
Que no salga del presidio
“Me duele perder mis tres hijos y lo que pido es que ese hombre no salga del presidio, que se muera allí”, expresó entre lágrimas.
La mujer recordó que su hija Marlene era la que le ayudaba en los oficios de la casa y a cuidar a sus dos hermanitos menores, los únicos que le quedan. Solo la niña culminó la primaria. El menor de las víctimas, el pequeño Noel, estaba con su abuela en Santa Cruz de Yojoa y su madre lo fue a traer el martes.
“Me dio sofocación por ir a traerlo y solo para que me lo mataran. Mis tres hijos eran amorosos. Los quiero ver de vuelta vivos”, clamaba entre un desgarrador llanto. La madre relató que a sus hijos les desfiguraron la cara a machetazos y que al más pequeño lo dejaron separado entre unos piñales.
“La niña y Noel se corrieron para que no los mataran y a Miguel Ángel lo agarraron en una macolla de huerta”. Entender la tragedia es difícil para la madre porque asegura que su hijo y Alejandro fueron buenos amigos.
La enemistad surgió por culpa de una mujer. “Yo le preguntaba a mi hijo si era cierto que enamoraba a la mujer y me aseguró que no, que no se metía a problemas con mujeres ajenas”.
Carlos Omar Chacón, padre de los tres hermanos victimados, dijo que Alejandro Hernández le había sentenciado desde el sábado antepasado a Miguel Ángel por los celos desmedidos que sentía por su mujer.
“Supuestamente fuimos a arreglar el problema con Alejandro a su casa. Hablamos y arreglamos y él dijo que no había falla”. Dijo que fue a hablar con Alejandro porque estando “en mi casa mi hijo recibió un mensaje de él a su teléfono donde le decía que lo iba a matar”.
Los vecinos de aldea que acompañaban a los desconsolados padres dijeron que la mujer de Alejandro, delante de todos los trabajadores, le tiraba picos a Miguel Ángel y lo enamoraba. Chacón manifestó que a su hijo le robaron el celular y sus otras pertenencias.
El presunto homicida fue capturado por agentes de la Policía Nacional en una vivienda en Agua Azul Racho. Fue trasladado a la posta de Santa Cruz de Yojoa y remitido a San Pedro Sula, donde se le puso a disposición de la Fiscalía.
Los menores serán enterrados hoy en la aldea donde crecieron con sus padres.
