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Ser conductor del transporte público es una profesión peligrosa en Honduras

  • 06 abril 2014 /

En Honduras han sido asesinados 75 taxistas y tres propietarios de esas unidades entre 2013 y lo que va de 2014, según el Conadeh.

San Pedro Sula, Honduras

Ser conductor del transporte público en Honduras, donde entre 2013 y lo que va de 2014 han sido asesinados unos 130 chóferes de autobús y taxi, se ha convertido en una profesión de alto riesgo debido a la violencia, la extorsión y la impunidad que rodea esos casos.

El portavoz del Sindicato del Transporte Urbano de Honduras, Jorge Lanza, dijo a Acan-Efe que ser conductor de autobús en el país se ha vuelto 'peligroso' por la violencia y el cobro de extorsiones que hacen pandillas juveniles.

Eso se refleja, según Lanza, en el asesinato de unos 55 conductores de autobús entre 2013 y lo que va de este año, la mayoría en la impunidad, en los atentados y las amenazas de muertes a las que se ven enfrentados los empleados del transporte cuando no pagan las extorsiones que los pandilleros exigen.

El último caso se registró el 25 de marzo pasado, cuando supuestos pandilleros asesinaron a tiros a un chófer de un autobús y posteriormente incendiaron esa unidad de transporte porque su propietario se negó a pagar extorsiones.

Lanza también expresó su 'preocupación' por la impunidad que prevalece en el asesinato de conductores de autobuses en el país centroamericano, donde las mismas autoridades reconocen que alrededor del 80 % de los homicidios quedan impunes por la falta de investigación.

'Es sumamente preocupante la cantidad de personas que nos han matado, eso nos tiene de rodillas' ante la violencia, lamentó el dirigente del transporte.

Para brindar seguridad a los usuarios y conductores, que con frecuencia también son víctimas de asaltos y robos con resultado de muerte en algunos casos, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ordenó a inicios de marzo la intervención del transporte público.

'En Honduras en el sistema de transporte la gente tiene que andar en paz y en tranquilidad de igual manera', dijo entonces Hernández, quien desde que asumió el poder, el 27 de enero pasado, ordenó a las fuerzas de seguridad perseguir a los delincuentes y criminales.

Honduras vive una ola de violencia que afecta no sólo a los conductores de autobús, sino a los taxistas y toda la población, y causa a diario un promedio de 14 homicidios en este año, según cifras oficiales.

De acuerdo a un informe del estatal Comisionado de los Derechos Humanos divulgado en marzo pasado, en Honduras han sido asesinados 75 taxistas y tres propietarios de esas unidades entre 2013 y lo que va de 2014.

En Honduras, destaca el documento, existe una serie de factores ligados a la violencia que 'han convertido el oficio de taxista en una ocupación de alto riesgo para quienes la ejercen'.

La mayoría de los taxistas han sido asesinados en medio de 'venganzas' de pandillas porque los propietarios de esas unidades se niegan a pagar extorsiones, declaró a Acan-Efe un conductor de taxi, que pidió el anonimato.

Solo esta semana fueron asesinados cuatro taxistas en Tegucigalpa, mientras que en la ciudad norteña de San Pedro Sula murieron tres.

'Si no pagamos el impuesto de guerra (extorsión), pagamos con nuestra vida', lamentó el taxista al tiempo que comentó que cada taxi paga a las pandillas un promedio de 2.000 lempiras (cerca de 96 dólares) al mes.

A juicio del taxista, en Honduras 'solo hay dos soluciones: pagar el impuesto de guerra o emigrar a los Estados Unidos como lo han hecho muchos compañeros'.

El portavoz del Ministerio de Seguridad, Julián Hernández, por su parte, dijo esta semana a periodistas que la mayoría de éstos crímenes tienen vínculos con las pandillas que extorsionan a chóferes y empresarios del servicio de transporte, a cambio de no asesinarlos.

Agentes de la Fuerza Nacional Antiextorsión de Honduras capturaron el año pasado a 450 personas que se dedicaban a ese delito en el país, mientras que en lo que va de 2014 se contabiliza más de un centenar de detenidos.