Tegucigalpa. Un artículo publicado por el diario español El País revela que el 79% de la droga que va camino desde Suramérica a ser consumida en Estados Unidos pasa por Honduras.
Desde allí sube hacia Guatemala por la frontera de Copán, donde deja un reguero de sangre y dinero, apadrinado por el “Chapo” Guzmán, dice el diario en su versión digital.
Añade que en un país adonde algunos políticos regalan ataúdes para ganar votos porque dos terceras partes de la población vive con menos de dos dólares al día, un entierro con mariachis y desfile de políticos es singular.
Indica que el Departamento de Estado de los Estados Unidos estima que el 79% de la cocaína que sale por aire desde Suramérica aterriza en cerca de las 200 pistas clandestinas que habría en Honduras, un Estado endeble y limítrofe con cuatro países.
De ahí se mueve por mar o por tierra hasta el norte. Copán es la última parada en suelo hondureño antes de cruzar a Guatemala. En sus 300 kilómetros de zona limítrofe se computan entre 20 y 25 puntos ciegos ideales para el paso de droga. “Tenemos esa colita de la frontera donde el narcotráfico ha crecido con la complicidad del Estado, que está totalmente permeado”, explica un periodista local en un café enfrente de la catedral de Santa Rosa de Copán, acota el artículo.
Añade que en esa región humilde de casas de adobe, cafetales y vacas flacas, el dinero del narcotráfico ha caído como agua bendita y ha salpicado todos los sectores.
“Copán es el lugar para que los policías se hagan ricos”, confiesa un funcionario testigo de la colusión entre narcos y autoridades.
“Hay una colusión entre la Policía, el Ministerio Público y el crimen organizado que se ha ido acentuando cada vez más”, acusa María Luisa Borjas, exdirectora de Asuntos Internos de la Policía. Ella misma estuvo destinada a Copán a finales de los 90 y recuerda cómo, cuando exigía más elementos, le reclamaban que “pedía mucho y no mandaba nada”.
Desde entonces el crimen encontró abono fértil para desarrollarse, asevera El País.
Por allí dicen que se pasea el capo más buscado del mundo, el Chapo Guzmán, jefe del mexicano Cartel de Sinaloa, que tiene a dos organizaciones copanecas a su servicio.
En noviembre, el viceministro de defensa, Carlos Roberto Funes, reconoció públicamente que el Chapo va y viene.
En Copán ya es un mito. “El Chapo ha utilizado el lugar como un refugio desde hace mucho. No permanece mucho en la zona por seguridad.
En El Espíritu y El Paraíso, Copán, son los dos puntos porque ahí hay puntos ciegos donde tú pasas y nadie dice nada”, narra esa misma reportera que por amenazas ha tenido que dejar la zona.