Llorando salió este viernes de la sala cuarta del Tribunal de Sentencia Gabriel Armando Castellanos Pérez, alias el Chele (18), luego de escuchar el veredicto de la jueza que lo declaró culpable del asesinato del periodista Aníbal Barrow.
Con la lectura del fallo terminó el juicio oral contra uno de los implicados en el plagio y asesinato del ingeniero y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma del Valle de Sula. El caso se ventiló en los Tribunales de la Niñez, ya que el encausado tenía 17 años cuando cometió el crimen.
La Fiscalía de la Niñez acusó al Chele de la infracción penal de asesinato en perjuicio del comunicador, plagiado el 21 de junio de 2013 cerca del estadio Olímpico; ese mismo día, el periodista fue ultimado, pero sus restos fueron encontrados hasta el 9 de julio en una laguna en la comunidad de Siboney, Dos Caminos, Villanueva.
El Chele, recluido en el Centro Penal Sampedrano, podría purgar una condena de ocho años, pena máxima por dicha infracción penal, según el Código de la Niñez. Durante el desarrollo del debate, el Ministerio Público presentó un testigo protegido, quien declaró que el Chele le disparó a Barrow, ya que iba en la parte de atrás de la camioneta.
El crimen
El día del hecho, Aníbal Barrow se conducía en su camioneta Honda CRV gris con su nuera y sus nietos. Ese mismo día, el carro fue encontrado abandonado en las cañeras de El Bálsamo, Villanueva, con rastros de sangre, por lo que se la Policía Nacional y el Ejército comenzaron la búsqueda del comunicador.
También se hallaron restos de masa encefálica, por lo que Medicina Forense no descartó desde ese momento que Barrow estaba muerto. El Ministerio Público presentó varias pruebas documentales y periciales que fueron claves para que el Juzgado de la Niñez fallara a favor del organismo acusador.
El asesino del ingeniero agrónomo fue detenido el 23 de septiembre, tres meses después de haber cometido el crimen. Se le capturó con una motocicleta robada y una pistola, por lo que fue remitido al Ministerio Público por portación ilegal de armas, robo de vehículo y robo, delitos por los que fue enviado al presidio.
Luego de las investigaciones, las autoridades policiales señalaron a Castellanos Pérez como uno de los implicados en el plagio y asesinato del periodista.
Según las investigaciones, “una persona muy poderosa, un narcotraficante”, dio la orden de asesinar al reconocido periodista y pagó entre 300 mil y 400 mil lempiras a José Hernán Díaz, alias el Choco, y este contactó a Héctor Noé Baquedano Galindo, el Gordo, para que ejecutara el plan.
Por el crimen guardan prisión otras cinco personas que esperan ser enjuiciadas.