Valle, Honduras.
Pandilleros de El Salvador ingresan a los municipios hondureños fronterizos con ese país con el fin de reclutar jóvenes para formar parte de esas organizaciones criminales.
“Primero se nos acercan para dialogar y luego nos ofrecen droga”. Al aceptar la relación de amistad y consumo de sustancias “entonces nos comienzan a hablar de la ideología de los pandilleros”, así resumió un joven el contacto que tuvo con un marero de El Salvador.
Y es que en su comunidad, según el entrevistado (a quien se le omite el nombre por seguridad), han llegado, en varias ocasiones, grupos de antisociales en busca de nuevos miembros.
La situación también ha sido informada a las autoridades de la Iglesia Católica de la zona, quienes han solicitado a los padres de familia mantener constante vigilancia con los jóvenes. Los municipios donde se ha denunciado la presencia de los antisociales son Goascorán, Aramecina y Alianza, comunidades ubicadas a escasos metros de la frontera con El Salvador.
Estas comunidades se encuentran separadas del hermano país apenas por el río Goascorán.
En los tres municipios fronterizos, los vecinos comentan sobre el problema, pero no informaron si ha habido reclutamientos.
Pandilleros de El Salvador ingresan a los municipios hondureños fronterizos con ese país con el fin de reclutar jóvenes para formar parte de esas organizaciones criminales.
“Primero se nos acercan para dialogar y luego nos ofrecen droga”. Al aceptar la relación de amistad y consumo de sustancias “entonces nos comienzan a hablar de la ideología de los pandilleros”, así resumió un joven el contacto que tuvo con un marero de El Salvador.
Y es que en su comunidad, según el entrevistado (a quien se le omite el nombre por seguridad), han llegado, en varias ocasiones, grupos de antisociales en busca de nuevos miembros.
La situación también ha sido informada a las autoridades de la Iglesia Católica de la zona, quienes han solicitado a los padres de familia mantener constante vigilancia con los jóvenes. Los municipios donde se ha denunciado la presencia de los antisociales son Goascorán, Aramecina y Alianza, comunidades ubicadas a escasos metros de la frontera con El Salvador.
Estas comunidades se encuentran separadas del hermano país apenas por el río Goascorán.
En los tres municipios fronterizos, los vecinos comentan sobre el problema, pero no informaron si ha habido reclutamientos.