San Pedro Sula, Honduras.
Aunque las autoridades policiales aseguran que los pandilleros buscan crear algún miedo en la población, sin duda alguna estas amenazas no dejan de crear cierto impacto en la población.
Los mensajes, las señales de control territorial, la ropa, el pelo y el calzado son algunas de las supuestas prohibiciones que han impuesto los pandilleros.
Las redes sociales, el cine y la televisión contribuyen a esa diseminación de modalidades. Que suceda un hecho o una cadena de sucesos relacionados con un rumor de esos no significa que sea por cumplimiento de una orden emanada de un jefe de maras.
Los niños, si bien es cierto cumplen consignas de bandas, no implica que todos se dediquen a esas actividades. Las bandas actuales no tienen sistemas sofisticados para recolectar información.
Los modus operandi de las bandas en Honduras continúan siendo burdos, más por la fuerza física, violencia, sorpresa y superioridad numérica que por talento.
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