Como parte del combate al narcotráfico, autoridades de las Fuerzas Armadas de Honduras continúan con la destrucción de pistas clandestinas.
Los militares destruyeron esta semana una narcopista de 800 metros en la comunidad de Wawina, Gracias a Dios, adonde se hicieron cuatro agujeros con un diámetro de 10 metros de largo y cuatro metros de profundidad, con el fin de evitar una nueva habilitación.
José Antonio Coello, vocero de Fusina, manifestó que en lo que va del año han destruido cinco narcopistas solo en la Mosquitia. “El año pasado se destruyeron 50 pistas clandestinas en diferentes partes de Gracias a Dios, Colón, Atlántida, Olancho y parte de El Paraíso”, expresó el vocero.
El Ejército hondureño tiene varios equipos de inteligencia que trabajan en la búsqueda de narcopistas, dando vigilancia por aire, tierra y mar, que detectan mediante radares las embarcaciones y aeronaves que ingresan al país de forma ilegal. “Tenemos datos de que algunas de las pistas destruidas en el pasado han vuelto a ser habilitadas, por ser zonas estratégicas para el trasiego de droga, por lo que tenemos equipos de la vigilancia en estas zonas”, explicó Coello.
La destrucción está a cargo de elementos del Primer Batallón de Ingenieros, quienes utilizan retroexcavadoras y explosivos, para formar agujeros de hasta 15 metros de ancho y al menos cinco metros de profundidad.
Según cifras de operadores de justicia, calculan que a Estados Unidos ingresan unas 800 toneladas de drogas al año, de las que el 50% pasa por Honduras.El 30% del tráfico de drogas en la región se hace por aire y el 70% por mar, según organismos que atacan este delito. La mayoría de lanchas que ingresan con droga al país, lo hacen por el océano Atlántico. Las autoridades de Fusina no precisan el número de pistas clandestinas que hasta hoy tienen identificadas por razones de seguridad.
Para su destrucción, las autoridades hacen un reconocimiento de la zona y luego bloquean los sectores por coordenadas, para llegar al lugar por vía aérea.