Autoridades penitenciarias continuaron ayer con los acciones para recuperar el control de los centros penales del país.
Luego de intensos operativos en los reclusorios de San Pedro Sula y la capital se trasladó a 35 reclusos de alta peligrosidad a la nueva cárcel de El Porvenir, Francisco Morazán y al Fuerte Cabañas en Tegucigalpa, que cuentan con celdas de máxima seguridad.
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Las autoridades informaron que el objetivo es recuperar el control que por mucho tiempo tuvieron los cabecillas de maras y de otras bandas criminales de Honduras, que mantenían los presidios como sus centros de operaciones.
Durante los allanamientos simultáneos, antes del traslado de los reclusos, se incautó armamento de alto poder.
Tanto en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto como en el Centro Penal de San Pedro Sula, elementos de la Policía Militar del Orden Público montaron fuertes operativos orientados al decomiso de armas y otros objetos de uso prohibido en poder de los presos.
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Operativos en San Pedro Sula
Sin hacer uso de la fuerza, agentes de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) llevaron a cabo el traslado de 13 reos de alta peligrosidad del Centro Penal Sampedrano a una cárcel de máxima seguridad.
En la capital industrial el operativo comenzó a las 6:00 am y se desarrolló en dos etapas.
La primera fase fue el registro y control del penal en el que encontraron armas.
La segunda etapa fue el traslado de los 13 reos a la base de la Fuerza Aérea Hondureña Armando Escalón, de La Lima, para ser enviados en un avión militar a Tegucigalpa.
Los 13 reclusos trasladados son de la población penitenciaria llamada paisas, o sea que no pertenecen a ninguna pandilla.
José Coello, vocero de Fusina, dijo que la operación se llevó a cabo con todos los procedimientos legales y “lo más importante que no fue necesario el uso de la fuerza para hacer el registro en el penal y el traslado de los reos y no se hizo ningún disparo”.
Coello indicó que antes de empezar el operativo se hizo una socialización y los coordinadores de los diferentes módulos colaboraron para que todo se llevara a cabo de manera pacífica.
Durante el desarrollo del operativo estuvieron autoridades de la Fiscalía y representantes de los organismos defensores de los derechos humanos supervisando las actividades ejecutadas por las autoridades policiales y penitenciarias.
Coello explicó que se trasladó a los 13 reos porque unos de ellos corrían riesgo en el presidio sampedrano y otros porque son líderes de algunas bandas que operan en el interior del reclusorio.
En el registro hecho por elementos de la Policía Militar y del escuadrón Cobras en el presidio sampedrano decomisaron cuatro fusiles AR-15, nueve pistolas calibre 9 milímetros, tres revólveres calibre 38, una ametralladora Uzi y tres chalecos antibalas. A los reos también les encontraron tres mascarillas antigases, una mira telescópica, un radio de comunicación, dos granadas de gas, siete cargadores de fusil AR-15, un pasamontaña, dos cuchillos, 19 cargadores para pistolas nueve milímetros y diferente munición para fusil M-16, pistolas calibre 45 y 38.
Operativos en la capital
En la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, en el valle de Támara, Francisco Morazán, las acciones comenzaron a eso de las 5:00 am.
Decenas de agentes resguardaban el edificio penitenciario, mientras inspeccionaban en las celdas, adonde fueron halladas 22 armas de fuego y munición, entre otros objetos prohibidos.
Horas más tarde, 22 reclusos fueron trasladados en carros blindados a la cárcel de El Porvenir.
El coronel Román Gómez, jefe regional de Fusina, dijo que el traslado de los reos fue conforme un listado que mandó el escalón superior. “Los reos trasladados son considerados de alta peligrosidad y los traslados se harán periódicamente de acuerdo con el desarrollo de la situación en cada penal en todo el país”.