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Piden 80 años de prisión para militares acusados de homicidio

  • 25 marzo 2015 /

San Pedro Sula, Honduras.

El juicio oral y público contra cinco elementos del Ejército acusados de dos homicidios y tres homicidios en su grado de ejecución de tentativa comenzó ayer en la sala segunda del Tribunal de Sentencia.

Los enjuiciados son Melvin Gustavo Enamorado Pineda, Leonardo Rafael Pérez Cortés, Javier Alcides Mercado López, Cristian Enrique Tobar Enamorado y Óscar René Estudio Baires, quienes según la acusación formulada por el Ministerio Público fueron los autores materiales del homicidio de Alex Wilfredo Herrera y un recién nacido.

El hecho en el que también resultaron heridas tres personas, entre ellas Arleth Yadira Ramírez Mejía, esposa y madre de las víctimas, quien en ese momento estaba embarazada, ocurrió la noche del 23 de febrero de 2013 en la vivienda de las víctimas ubicada en la colonia Santa Clara, sector El Carmen, de San Pedro Sula.

Ese día, según las investigaciones, los ahora fallecidos y los heridos organizaban el baby shower de Ramírez Mejía, cuando se desató una balacera entre los soldados y los dueños de la casa.

Al inicio del debate, la Fiscalía y el acusador privado presentaron los cargos nuevamente contra los imputados y pidieron a los jueces que los enjuiciados fueran declarados culpables y sentenciados cada uno a 80 años de cárcel.

Por su parte, la defensa de los cinco militares rechazó las acusaciones contra sus clientes y solicitó a los juzgadores una sentencia absolutoria.

Declaración

En el primer día de debate se evacuaron las declaraciones de dos testigos, entre estas la de Arleth Yadira Ramírez, quien narró ante los presentes su versión de los hechos acontecidos ese día.

Estábamos organizando el baby shower de mi hijo, cuando observamos que unos hombres querían meterse a robar a la llantera que está al lado de mi casa, le dije a mi esposo -Alex Wilfredo Herrera- que hiciera disparos para que se fueran.

A los 10 o 15 segundos de hacer los disparos llegaron los militares y dijeron que les entregáramos las armas y mi marido les dijo que eran legales; pero dijeron- los soldados- que contaban hasta 10 para que las entregáramos, cuando el conteo iba por el número cuatro, me dispararon por la espalda en la columna, estando embarazada”, aseguró la testigo.

La mujer prosiguió diciendo que cuando su victimado esposo la vio ensangrentada tirada en el suelo, sacó una pistola nueve milímetros y disparó, pero ya los uniformados le habían disparado en el tórax, cayendo muerto. Agregó que su hermano Pedro Alexey Ramírez y su hijo mayor Rubén Antonio Molina resultaron heridos y que este último disparó una 3.57.

La defensa de los militares dijo que esa noche sus clientes ejecutaban un operativo en la entrada del sector El Carmen a unos 70 metros de la casa donde hicieron los disparos y que tras oír los mismos se desplazaron al sitio y ante el recibimiento con palabras obscenas y los disparos que les hizo el ahora victimado, lo que hicieron fue repeler el ataque.