La confirmación de la muerte de la Miss Honduras Mundo, María José Alvarado, y su hermana Sofía Trinidad sumió en el dolor a su familia y a toda esa población del occidente de Honduras.
La esperanza mantenida hasta la madrugada del miércoles se apagó de un soplo cuando las autoridades confirmaron el hallazgo de los cuerpos.
Tras casi seis horas de angustia y oración, la exhumación de los cuerpos agudizó el dolor propio de una tragedia que cegó la vida de una joven que vió en su belleza una manera de dejar el nombre de Honduras en alto.
Y el dolor era doble por la muerte también de Sofía Trinidad, la hermana de la reina hondureña, que soñaba con resaltar en el mundo al igual que María José.
Nadie quería decirle la verdad a Teresa Muñoz, madre de las hermanas Alvarado, quien lloraba amargamente sin saber la suerte corrida por sus hijas.
“Desconectamos el cable para que ella no se diera cuenta por las noticias. Estamos muy consternados porque jamás esperamos que esto tuviera ese desenlace”, expresó un pariente cercano a las hermanas, quien explicaba que Teresa padece diabetes.
Pasado el mediodía fue cuando Cory, la hermana mayor, ingresó resguardada a la vivienda para darle la mala noticia a su madre, quien lloraba por la pérdida de sus dos hijas.
El resto de parientes trataba de darle consuelo, pero nada servía para controlar a la angustiada madre, que fue sedada para que pudiera soportar la terrible realidad.
Parientes y amigos cercanos empezaron a llegar a la vivienda en el barrio Las Galeras, de dicha ciudad, en donde tres policías evitaban el ingreso de los medios y fortalecían las medidas de seguridad por la tensión.
La indignación invadía a los vecinos de la familia quienes no podían creer la tragedia.
'Esperamos que se haga justicia nadie tiene derecho de quitarle la vida a las personas peor cuando se trata de dos hermosas mujeres que no se metían con nadie', expresó una pariente.
Mientras trasladaban los cuerpos a la morgue de Tegucigalpa, sus familiares hacían los trámites de las partidas de nacimiento para reclamar los cuerpos.
El llanto y la tristeza invadían el rostro de un grupo de amigas y primas de María José, quienes la describieron como una gran persona con muchas ganas de salir adelante.
“Ella estaba muy feliz por el viaje; no sabía si bailar o cantar en la presentación del Miss Mundo, pero le aconsejamos que cantara”, expresó una de sus parientes.
Ramón Eduardo Rivera, tío de las hermanas Alvarado, dijo que Sofía tenía poco tiempo de ser novia de Plutarco. “Él hasta nos acompañó a poner la denuncia y se miraba tranquilo”.