Con el fin de mantener a un hombre a su lado, una mujer fingió un embarazo gemelar durante nueve meses, fingió la muerte de uno, lo veló y sepultó un muñeco de plástico como parte de su trama. Este hecho insólito ocurrió en la aldea El Coyolar, en el valle de Jamastrán, Danlí, El Paraíso.
El viernes 27 de julio, Rosa María Castellanos Díaz salió de esa zonas rumbo a la capital con la justificación de que se acercaba la fecha de parto que le había indicado el doctor que había llevado su control prenatal.
Viajó desde El Coyolar hasta Danlí y allí presuntamente abordó un bus hacia Tegucigalpa para ingresar al Hospital Escuela, donde según ella daría a luz. El viernes, en horas de la noche, Rosa María llamó a su pareja Melvin Mendoza, un miembro de las Fuerzas Armadas, para comunicarle que uno de los niños del parto murió al momento del alumbramiento.
La familia alistó la casa para esperar la llegada del cadáver en un pequeño féretro. La mujer llegó a El Coyolar el sábado al mediodía con el ataúd en brazos. Fue recibida por sus familiares y algunos parientes de su marido y, sin dar muchas explicaciones, les manifestó que no podían ver al niño, ya que el cajón venía sellado y en el Hospital Escuela le habían prohibido abrirlo y lo sepultaron tras un breve velatorio.
La mujer dijo que el otro niño estaba interno en el hospital.
Ismael Mejía, amigo de Melvin, padre del supuesto niño difunto, narró que no estaba convencido del hecho y junto con otros decidieron desenterrar el ataúd en horas de la noche. Su sorpresa fue mayúscula al encontrar en la caja un muñeco de plástico vestido de bebé.