Luis Díaz Da’Costa: “Si no construyen las represas, en el futuro habrá una catástrofe”

San Pedro Sula

Luis Díaz Da’Costa, uno de los hidrólogos con mayor experiencia en Honduras, está plenamente convencido de que solamente las represas en los ríos Ulúa y Chamelecón evitarán que el valle de Sula se convierta cíclicamente en un escenario de inundaciones.

Advierte que, de no ser construidas a corto plazo, en los próximos años, las depresiones, tormentas y huracanes causarán saldos mucho más catastróficos debido a que en esta región está aumentando desordenadamente la cantidad de habitantes.

Como técnico hidromensor y analista del Centro de Estudios y Desarrollo del Valle de Sula, Díaz Da’Costa es una voz calificada y escuchada por los administradores de la Central Hidroeléctrica Francisco Morazán cuando deciden realizar descargas preventivas del embalse.

¿Cuáles factores tomaron en cuenta para realizar las descargas de la central hidroeléctrica Francisco Morazán?

Originalmente los análisis de varios modelos pronosticaban para Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, más de 400 milímetros de lluvia, entre 400 y 500 milímetros. Eso preocupaba, por la seguridad del valle de Sula y de la misma seguridad del embalse. En función de eso se llegó a determinar que íbamos a tener hasta 900 millones de metros cúbicos en el embalse.

Las lluvias del 22 de septiembre, que fueron muy recurrentes, hicieron que el nivel llegara hasta 282 metros sobre el nivel del mar (msnm) y dejaron un margen corto de almacenamiento para los siguientes días de lluvia.

Cuando el huracán Mitch (1998), teníamos 250 msnm y en seis días llegamos a la cota de seguridad de 285 msnm. Antes de Eta (2020), teníamos un nivel de 272 y el embalse almacenó agua y tuvimos que hacer descargas controladas. Con Julia, estaba proyectado un incremento bastante importante, pero la intensidad de las lluvias bajó cuando el fenómeno cambió de dirección.

Todavía en la cuenca del embalse, los ríos Comayagua y Sulaco le están aportando agua. El otro análisis tiene que ver con la seguridad del valle de Sula: el río Ulúa estaba en las condiciones de absorber quizás hasta 1,000 metros cúbicos en ese momento, pero se descargaron 200 metros, más el turbinado.

Considerando que estamos en un 50% de la temporada de lluvias y que el río Ulúa tenía hasta ese momento capacidad hidráulica se tomó la decisión de hacer las descargas sin causar inundaciones.

Con las lluvias que han caído en las últimas horas en occidente, ¿hay riesgo todavía de que el valle de Sula se inunde como durante Eta y Iota?

En esa magnitud no. El fenómeno se ha disipado, las bandas remanentes están dejando algunas lluvias en algunas zonas como en occidente. Habrá lluvias aún, pero no causarán inundaciones. La cuenca del río Ulúa cubre un 22.7% del territorio nacional y comprende casi la zona sur occidental de Honduras. El río Ulúa sí tiene una tendencia a subir y eso es lo que estamos monitoreando. La recarga hídrica de Ulúa nos dará problemas, pero no en la misma medida de cuando tuvimos a Eta y Iota.

¿Cuántas represas necesita el valle de Sula para lograr su protección?

En 1979, si no fue años antes, se realizó un estudio sobre la necesidad de la represas para proteger el valle. Desde entonces están bien definidos los puntos para construir las represas en el territorio nacional.

Para salvaguardar al valle de Sula tenemos los puntos de Los Llanitos, Jicatuyo (en su momento se llamó La Filigrana, donde están construyendo un proyecto privado, llamado El Tornillito que vendrá a dar un beneficio) y El Tablón, todas enfocadas en generación de energía y control de inundaciones.

¿Por qué ningún gobierno ha construido estas represas en 40 años?

Esta es mi opinión muy personal. El período de un gobierno dura cuatro años. El típico hondureño siempre quiere vanagloriarse. Por ejemplo, el proyecto de El Cajón lo inició un gobierno y lo terminó otro. Lógico, quien hace la inauguración es el gobierno que se lleva los aplausos.

También por algunos intereses de grupos y falta de voluntad política. Por no tener represas, son grandes las pérdidas que tenemos año con año o cada vez que tenemos un período de tormentas muy fuertes, como Eta y Iota, Mitch, Fifí.

La vida de una persona no tiene precio. Construir represas requiere una inversión muy grande y para un país del tercer mundo, como Honduras, significaría que tendríamos que pagarla en más de 30 años.

Después de Eta y Iota, cualquier fenómeno tropical causa inundaciones. ¿Cuál es la causa?

Antes del huracán Fifí (1974) hubo otros fenómenos y las inundaciones no eran como las actuales. En aquel entonces, las compañías estadounidenses cultivaban banano en gran parte del valle de Sula y las compañías, con el poder económico que tenían, le daban mantenimiento a sus sistemas de seguridad, la gente vivía en barracones con pilotes que, aunque se inundaran, tenían menos impactos. La tasa demográfica hoy es mucho más alta y por eso las inundaciones tienen un alto impacto social.

El valle de Sula ahora tiene más población; hay migración de las partes altas a las partes bajas, llegan buscando trabajo. La gente que queda en las partes altas deforesta y explota el bosque sin ningún control.

Hoy, la escorrentía de las montañas son más rápidas y las crecidas de los ríos más fuertes. Si no construyen las represas a corto plazo, habrá grandes catástrofes en el valle de Sula.