“Familia, estén tranquilos”: últimos mensajes de ecuatoriana fallecida en Honduras

Tegucigalpa, Honduras.-

“Gracias a todos por sus mensajes. Estén tranquilos, él no me desampara y mi fe está intacta. Gracias a Dios ya me pudieron ayudar mis papás para seguir subiendo a Guatemala”, escribió Joyce Valencia en un grupo familiar a las 9:46 de la mañana del 14 de octubre, un día antes de perder la vida en un brutal accidente ocurrido a la altura del río Higuito de Copán, al occidente de Honduras.

Fue el pasado 3 de octubre que la joven, de 23 años, partió de su casa ubicada en el barrio Mena, al sur de Quito, Ecuador, con destino a Estados Unidos. Su objetivo era mejorar la calidad de vida de su hijo Jonas, de 5 años, y su madre Jenny Márquez.

“Junto con su mamá sacaron prestados cuatro mil dólares para que se pudiera ir. Ella quería irse para encontrar un trabajo allá para después poder llevarse a ambos”, contó en una entrevista exclusiva a LA PRENSA Premium su prima Shirley Paredes.

Previo a emprender su travesía, Joyce creó un grupo de WhatsApp para mantenerse en contacto con su familia. A diario les enviaba mensajes informando su ubicación y compartía fotografías de los lugares por donde pasaba.

La ecuatoriana viajó desde Quito hasta Medellín, Colombia, para luego adentrarse en la peligrosa Selva del Darién, conocida por cobrar la vida de numerosos migrantes. “Ya me trajeron la comida y dicen que mañana salimos a comprar las cosas que necesito para la selva”, informó a las 8:40 pm del 8 de octubre.

Durante cuatro días no supieron de ella, pero el quinto día, exactamente el 13 de octubre, se reportó para informar que había llegado a tierras hondureñas. “Ya estoy en Honduras, haciendo fila para sacar el salvoconducto (permiso emitido por Migración para que migrantes irregulares transiten por el país durante cinco días)”. Acompañó su texto con una fotografía de varios migrantes en ringlera.

Ese mensaje devolvió el aliento a sus familiares, quienes estaban preocupados por su bienestar, pero no se imaginaban la catástrofe que estaba por suceder.

El siguiente día, 14 de octubre, la joven madre contó a su familia que abordaría un autobús para dirigirse a la frontera entre Honduras y Guatemala. A partir de ese momento, no se volvió a tener noticias suyas, hasta la madrugada del domingo 15 de octubre, cuando ocurrió el trágico accidente.

Joyce, la joven de ojos grandes y muchos sueños por cumplir, se convirtió en una de las cuatro víctimas mortales del incidente, la única mujer, de hecho. Quedó atrapada entre los escombros de hierro de un autobús en el que viajaban hacinados más de 70 migrantes de nacionalidad venezolana, cubana, haitiana y ecuatoriana, de los cuales al menos 15 resultaron heridos.

Según informes, el automotor estaba en mal estado, y el conductor perdió el control del mismo después de unos minutos en carretera, cayendo a una hondonada cerca del río Higuito de Copán, uno de los más caudalosos de la zona occidental.

Aunque no existen cifras oficiales que los califique como “accidentes migratorios”, este incidente no es un caso aislado en Honduras. El país se ha convertido en un peligroso sendero para miles de migrantes en tránsito, marcado por trágicos accidentes, abusos, lesiones e, incluso, la pérdida de vidas humanas.

Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Migración (INM), al menos ocho migrantes han fallecido en lo que va de 2023. Cuatro de estos decesos tuvieron lugar en Danlí, El Paraíso, mientras que los otros cuatro ocurrieron en la ciudad de San Pedro Sula, al norte del país.

De estos ocho migrantes fallecidos, cinco son hombres de nacionalidad venezolana: tres murieron en Danlí, uno a causa de leptospirosis a los 43 años -una enfermedad causada por bacterias que produce infecciones mortales en los riñones-, mientras que otro fallecido es un recién nacido de tan solo cinco días, cuyas causas de muerte se desconocen.

Los tres restantes venezolanos perdieron la vida en San Pedro Sula, teniendo edades comprendidas entre los 27 y los 30 años. Dos de ellos fallecieron a raíz de un accidente automovilístico, mientras que el tercero sufrió una falla multiorgánica, es decir, una insuficiencia en su sistema corporal.

Los otros migrantes que perdieron la vida son dos mujeres y un hombre. En el caso de las féminas, una era originaria de Cuba y la otra de Ecuador, mientras que del hombre no hay registros de su nacionalidad.

La mujer cubana, de 54 años, falleció en Danlí. La causa de su muerte es desconocida, ya que solo se registra que ingresó al hospital de la ciudad ya sin vida. En el caso de la ecuatoriana, de 28 años, su muerte se debió a un trauma secundario derivado de un accidente vial.

Según explicó Joseana Martínez, gerente de Derechos Humanos y Atención al Migrante del INM, las cifras en mención se comenzaron a contabilizar en la institución a partir de este 2023. Sin embargo, la estadística no toma en cuenta a los tres extranjeros fallecidos en el accidente de Copán.

Es decir, que serían 11 los migrantes fallecidos oficialmente hasta el 26 de octubre del año en curso, ya que el cuarto fallecido en el siniestro de Copán, identificado como Yostin Yoel Vásquez Martínez, era de nacionalidad hondureña y supuestamente sería el conductor del vehículo.

Este 2023, han ingresado por Honduras 427,368 migrantes irregulares, en comparación a los 188,858 que se registraron en 2022. En porcentajes, podríamos decir que el flujo migratorio ha aumentado 126% este año.

”El mayor desafío para nosotros es poder identificar a los migrantes fallecidos porque cuando sucede un accidente no encontramos la documentación de las víctimas. Es entonces que Medicina Forense tiene que intervenir y recopilar mucha información para dar con el nombre del fallecido”, dijo Cristian Sevilla, teniente del Cuerpo de Bomberos.

En el caso de Joyce Valencia, tras el accidente y traslado de su cuerpo a la morgue, una hondureña encontró su pasaporte, la buscó en Facebook y se contactó con una amiga de la joven para pedirle que avisara a su familia sobre su trágica muerte. Después, otros migrantes que habían compartido parte del viaje con ella afirmaron haberla visto en la morgue, donde la identificaron por un tatuaje en su hombro derecho.

Sin embargo, algunos de los indocumentados que han fallecido en el país ni siquiera han sido identificados. Es más, han sido pasados por hondureños, según dijo a este rotativo la defensora de derechos humanos, Itsmania Platero.

”Aunque no hay cifras oficiales, hay muchos migrantes muertos y que por cuestiones de afinidad pueden ser puestos como hondureños. Es bien difícil saberlo mientras cancillería no mande las pruebas de ADN y los dactilogramas que son los que piden para certificar si la persona que está en la morgue es hondureña o extranjera”, expresó.

Para Edgar Aguilar, analista y experto en temas migratorios, los accidentes de tránsito que tienen como víctimas a indocumentados están vinculados a la “militarización” y “criminalización” de la migración, pues muchos optan por este mecanismo ante los riesgos de cruzar por el país de forma regular.

”Ya sea por multas, maltrato de policías o cobros excesivos, esas situaciones los orilla a usar mecanismos para cruzar que son peligrosos. Para asegurar su paso, es necesario que haya un control en la entrada y salida de personas en el país sin criminalizar su paso”, mencionó.

”Honduras se debería incorporar al sistema de atención a migrantes retornado, la atención a migrantes que están de paso por el país, oficinas que les den instrucciones y que den seguimiento a casos en los que funcionarios públicos se tratan de aprovechar de ellos. La situación migratoria es un reto que no acabara pronto en la región. Es necesario un abordaje regional y no solo unilateral”, agregó el experto.

De acuerdo a los registros de atenciones de Médicos Sin Fronteras, de enero a junio de este 2023 brindaron 10,928 consultas de atención primaria a migrantes que transitan por Danlí y Trojes, en el departamento de El Paraíso.

En total, se atendieron 50 casos de violencia sexual, incluyendo uno de ellos que se reportó en menos de 72 horas. Según se detalla en un informe al que este medio tuvo acceso, la mayoría de casos ocurrieron en la selva del Darién, especialmente en mayo.

Además, un gran número de migrantes presentaron problemas de salud mental como resultado de las diferentes situaciones traumáticas que experimentan a lo largo de su travesía, como violencia, separación, desaparición, presencia de muertes, entre otros.

Sobre este apartado, se brindaron 173 atenciones, donde el 39% fue de situciones de violencia, el 36% de otras situaciones vividas y el 25% de violencia sexual.

Al respecto, Platero lamentó que las autoridades hondureñas no contabilicen los casos de abusos en niños y adultos, que suceden específicamente en los cruces de fronteras. “Algunos están en mendicidad, hay muchas poblaciones que se ignoran”, dijo la experta.

El informe también menciona que los principales riesgos identificados en los migrantes son la violencia sexual, robos, extorsiones e incluso, secuestros.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) realizó una encuesta en septiembre, en la que se entrevistó a 238 migrantes irregulares. De estos encuestados, el 59%, es decir, 146 personas, identificaron la alimentación como su principal necesidad.

Por otro lado, el 33% de los encuestados, es decir, 78 personas, manifestaron que su principal necesidad era el acceso a medicamentos y atención médica, mientras que un 31%, 73 personas, mencionó la ropa y el calzado como una prioridad.

Cabe mencionar que, aunque probablemente muchos de los migrantes probablemente tenían sus pertenencias en su país de origen, al comenzar su travesía se vieron obligados a dejarlas atrás por el peso que implica cargarlas, optando en su lugar por alimentos.

Precisamente eso hizo Joyce, la ecuatoriana, cuando comenzó su ruta migratoria. “Me tocó dejar esa funda de ropa para que haga menos peso y llevamos comida”, escribió la joven al grupo “Mi familia”.

Hoy, casi 15 días después del trágico accidente, sus familiares siguen esperando que su cuerpo sea repatriado a Ecuador para darle cristiana sepultura, mientras que su madre todos los días se pregunta cómo darle la noticia al pequeño Jonas. “La recordaremos por su alegría y esa sonrisa que mantenía siempre en su rostro”, expresó su prima Shirley Paredes.