Redacción.
Hay un dicho que reza que el corazón va donde quiere no donde lo manden, pero en ocasiones nos preguntamos por qué estoy con esta persona. Nos cuestionamos porque elegí a esta pareja, informa el ABC. es
Que el otro tenga una cualidad que yo admiro pero no tengo.
Por ejemplo, es muy organizado, optimista, resolutivo... 'Cuando la otra persona goza de esa virtud, yo la incorporo y la siento como mía', explica este psicólogo.
Que no trate aspectos que son 'intocables' por mí.
Es decir, temas abstractos, filosóficos, de cuestiones dolorosas del pasado o tan cercanos como la familia que a una persona no le gusta ni que le menciones porque se siente incómodo.
Que tenga una idea sobre el concepto de familia parecida a la mía. Si uno pertenece a una familia democrática donde las cosas se hablan y se llega a un consenso, pero la otra tiene una familia déspota y machista, es difícil que se pongan de acuerdo y se lleven bien cuando coincidan con los familiares.
Compatibilidad en la cama.
'En la cama no solo nos desnudamos a nivel físico, también a nivel psíquico: unas personas se dejan llevar, otras son dominantes, otras necesitan expresarse mucho, otras son muy creativas... Si no se coincide en gustos y deseos a la hora de practicar sexo es fácil que uno de los dos se sienta desestabilizado (a) para complacer al otro y la pareja acabe rompiendo', explica Esteban Cañamanes.
Todos en la vida tenemos algún sufrimiento —un padre agresivo, un físico desagradable, unos resultados académicos nefastos.
Encontrar a alguien que tiene un sufrimiento igual y que ha sentido lo mismo que tú, pero que lo ha afrontado de manera distinta, resulta muy atractivo.
Hay un dicho que reza que el corazón va donde quiere no donde lo manden, pero en ocasiones nos preguntamos por qué estoy con esta persona. Nos cuestionamos porque elegí a esta pareja, informa el ABC. es
Que el otro tenga una cualidad que yo admiro pero no tengo.
Por ejemplo, es muy organizado, optimista, resolutivo... 'Cuando la otra persona goza de esa virtud, yo la incorporo y la siento como mía', explica este psicólogo.
Que no trate aspectos que son 'intocables' por mí.
Es decir, temas abstractos, filosóficos, de cuestiones dolorosas del pasado o tan cercanos como la familia que a una persona no le gusta ni que le menciones porque se siente incómodo.
Que tenga una idea sobre el concepto de familia parecida a la mía. Si uno pertenece a una familia democrática donde las cosas se hablan y se llega a un consenso, pero la otra tiene una familia déspota y machista, es difícil que se pongan de acuerdo y se lleven bien cuando coincidan con los familiares.
Compatibilidad en la cama.
'En la cama no solo nos desnudamos a nivel físico, también a nivel psíquico: unas personas se dejan llevar, otras son dominantes, otras necesitan expresarse mucho, otras son muy creativas... Si no se coincide en gustos y deseos a la hora de practicar sexo es fácil que uno de los dos se sienta desestabilizado (a) para complacer al otro y la pareja acabe rompiendo', explica Esteban Cañamanes.
Todos en la vida tenemos algún sufrimiento —un padre agresivo, un físico desagradable, unos resultados académicos nefastos.
Encontrar a alguien que tiene un sufrimiento igual y que ha sentido lo mismo que tú, pero que lo ha afrontado de manera distinta, resulta muy atractivo.