19/05/2024
12:00 AM

Proveer de espacio el mundo de las ideas

Víctor Corcoba Herrero

La singularidad que todos poseemos se conjuga por medio de la interioridad vivencial y de la intencionalidad expuesta, a través de la voluntad, modulando y modelando un hálito reintegrador de pulsos y mente, de forma activa, para la reconstrucción de nuevas rutas. Nada permanece, todo está sometido al avance social, lo que requiere de cierta audacia para llegar a buen puerto. Todo esto nos exige transitar en comunión, con innovación imborrable y con una mirada atenta, ya que puede abarcar desde la expresión artística hasta la resolución de problemas en un contexto socioeconómico.

Tengamos en cuenta que el don pasivo no es humano, no debe serlo jamás, puesto que vivir por sí mismo es una transformación inherente a cada época, que debe convertirse en una oportunidad para renovar y repensar sobre el propio horizonte actual. Recomponer el contexto sociocultural reinante y proyectarlo hacia el futuro, a partir de la sencillez, es lo que en realidad nos abre a la diversidad y reconduce a la unidad. Al fin y al cabo, la creatividad es lo que hace germinar la conexión del soplo armónico con ese mundo discordante que nos está ensuciando nuestros interiores existenciales.

El que no concibe e imagina tampoco vive. Precisamente, hoy en día, las industrias creativas se hallan entre los sectores más dinámicos de la economía mundial y dan nuevas oportunidades para que los países en desarrollo salten a las áreas emergentes de alto crecimiento de la economía mundial, sin obviar esa dimensión estética necesaria, donde se conjugue la ética con el aire embellecedor donante-copartícipe, atmósfera que debe trascender la realidad material y humanizar el mundo que nos rodea, ya que el ser humano es su sujeto y su fin. Naturalmente, los nuevos descubrimientos nos demandan un clima de cooperación donante para hermanarse y hermanarnos a la vida.

Nuestra asignatura pendiente es superar el individualismo, competitividad y conflictividad de intereses. Tenemos que salir de todos estos conflictos que nos degradan y salir al encuentro con los demás, más allá de sí mismo, para conectar, cuestionar y ser comprendidos. En consecuencia, la apuesta por una educación que incentiva el alumbramiento, impulsando evoluciones en entornos rodeados de actividades lúdicas, desafíos y arte, nos hará entender que cualquiera que busque la verdad, consciente o inconscientemente, recorre una cancha que, en último término, requiere de una energía naciente para no dejarse limitar por un pensamiento miope que se resiste a cambiar.