19/05/2024
12:00 AM

Inaudito

Sergio Banegas

En nuestro país ocurren las circunstancias más inauditas que difícilmente las podremos observar en otras naciones. Un exgobernante encontrado culpable de narcotráfico en el extranjero, clase política en estado de negación y una población adormecida que lo asume con superficialidad: a nadie le asusta que el crimen organizado controló la más alta magistratura del país.

Como salió a relucir en el caso, “al indio solo es darle carne asada y cerveza” para que vaya como borrego en pos de lo bochornoso y lo inverosímil; llamar malo a lo bueno y bueno a lo malo. De hecho, hay personas en redes sociales que siguen alegando inocencia en defensa del condenado ante la evidencia apabullante y clara que se mostró en juicio.

Ya si eso era bochornoso para el país, ahora nos encontramos ante el escenario de la cónyuge postulándose a la presidencia, qué profundo odio al país y a la patria; no les bastó comerse el país a pedazos, ahora pretenden seguir ensañándose de la manera más atroz contra las generaciones presentes y futuras.

El ya débil Partido Nacional requiere por su propio futuro y por el bien de la democracia, hacer un proceso profundo de catarsis y extirpar por completo todo vestigio del liderazgo malsano que los guio a las simas de la corrupción, les manchó la cara y les quitó toda autoridad moral de gobernar.

Para la democracia y el Estado de derecho es absolutamente esencial que las instituciones políticas se renueven de manera permanente, y esta es una oportunidad de oro para la estrella solitaria, si las estructuras departamentales siguen siendo las mismas, y peor aún, obedeciendo órdenes desde la gran manzana, la debacle será estrepitosa y quizás permanente como le ocurrió (por otras razones) al marchito Partido Liberal.

Si no hay cambio ahora, lo inaudito será asumido como lo más normal del universo en nuestro cosmos político, habremos perdido el país para siempre, pues se es cómplice y apañador de lo increíble; barnizando lo negro para pasarlo a gris y que no parezca tan malo. Muchos siglos después las palabras del aventurero genovés seguirán siendo vigentes: hemos llegado a estas honduras... desde donde ahora todos quieren zarpar.