Un japonés emigrante del “sueño americano” es Shin Fujiyama, quien se marchó de ese país asiático hacia Estados Unidos siendo un menor de edad y que realizó trabajos de limpieza de edificios para lograr una profesión universitaria y viajar a Honduras a un voluntariado hace 27 años.
Este filántropo de 39 años se “naturalizó” progreseño y junto a su hermana, Cosmos Fujiyama, fundaron la institución Asociación de Estudiantes, cuyo objetivo es ayudar a la construcción de centros educativos escolares en las zonas rurales de Honduras, desde El Progreso, Yoro, lugar donde reside.
Fujiyama es un exitoso youtuber que ha logrado hasta el año 2024 la construcción de 70 centros educativos, siendo su meta un total de 1,000 y en la actualidad busca recaudar a través de donaciones nacionales e internacionales la cantidad de 2.7 millones de lempiras para la reconstrucción de la Escuela Experimental de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), que imparte educación a los hijos de los empleados que laboran en este centro.
Es un atípico personaje asiático que asegura que se ha convertido en un “catracho” con muchos éxitos en sus planes, consumidor de “baleadas” y “pollo chuco”, pero un fracasado en el amor, pues en El Progreso varias “chicas” le han roto sus pretensiones amorosas.
Ha logrado una popularidad en la población hondureña a través de su influencia en las redes sociales, diferentes actividades, por la gran publicidad, por sus buenas obras y porque nadie es profeta en su tierra.
Es plausible esas actividades de Fujiyama, como las caminatas, entre otras, pero debe de evitar andar barriendo los mercados y lavando sanitarios, pues lo pueden confundir con los políticos de oficio en tiempos de campañas, especialmente.
Con la crisis de líderes políticos, Fujiyama sería el presidente en un país llamado Honduras.
