31/10/2024
05:10 PM

Tamal recalentado

Alfredo Haces

Aunque sea un tamal recalentado, por favor. Esta es una de las exclamaciones que suelen escucharse en los primeros días del año nuevo.

Pues los últimos días del año viejo fueron de exceso consumo y entre las comidas más tradicionales de la época navideña están los tamales, que debido a su abundancia hasta son despreciados.

Diciembre, el último y mejor mes del año, donde las sonrisas y los abrazos florecen sin cesar, pero en enero desaparecen y son cambiados por gestos malhumorados debido a las resacas que dejan las bebiatas y las comilonas, más los rostros desencajados por las deudas navideñas.

Con el pago del aguinaldo navideño a las masas trabajadoras, el circulante de dinero en el comercio se multiplica; pero es transitorio y retorna al comercio y la banca.

Pues la verdadera blanca Navidad económica es para esos sectores antes mencionados y la negra Navidad es para los consumidores, que además de todo tipo de derroche la contaminan con la quema de pólvora, en que se invierte cualquier cantidad de millones de lempiras.

Lo peor, pérdidas de vidas humanas o partes del cuerpo, lamentablemente la mayoría de menores de edad, que quedarán marcados para siempre por esa maligna y peligrosa costumbre en la época de Navidad, que se celebra el nacimiento del Niño Jesús y la despedida de un año.

Fiestas cristianas que se deben celebrar en familia con calor y fervor religioso las convierten en ceremonias paganas con todo tipo de actividades, con cantos y bailes vulgares donde predomina el morbo dirigidos por el dios Baco.

Para este año 2020, debido a la crisis económica y corrupción política, el pueblo espera un tamal y un ambiente recalentado por la corrupción del Gobierno en un país llamado Honduras.