Las muñecas sexuales de 'nueva generación' hablan, tocan música o ponen en marcha un lavavajillas si se les pide. En China -con muchos más hombres que mujeres- una empresa propone señoritas de silicona para solteros y ancianos que sufran de soledad.
Los cuerpos desnudos de las muñecas están alineados en el taller de la compañía especializada Exdoll, situado en la ciudad portuaria de Dalian (nordeste).
'¿Cómo te llamas?', pregunta el programador de bata blanca a una rubia con camisón transparente.
'Me llamo Xiaodie, pero puedes llamarme baby', responde ella en mandarín con voz de robot.
El ingeniero le pide que toque música. Dicho y hecho. La muñeca difunde una balada tradicional.
Exdoll se basa en los progresos de la inteligencia artificial para crear muñecas capaces de expresarse. Su objetivo es combatir la soledad de los solteros, ancianos y minusválidos.
En China el desequilibrio entre hombres y mujeres es enorme: 33,6 millones más de hombres que de mujeres sobre una población total de 1.400 millones de habitantes.
Minifalda y silicona
Sentado entre dos muñecas -una con minifalda y otra con uniforme de escolar japonesa-, Wu Xingliang, director de marketing de Exdoll, esta convencido de que la empresa para la que trabaja puede resolver algunos problemas sociales.
Las muñecas inteligentes 'pueden mantener conversaciones profundas y ayudar con las tareas domésticas. En el futuro incluso podrán prestar asistencia médica', afirma.
Xiaodie está equipada con una función Wi-Fi similar al sistema Siri de los iPhones. Puede navegar por internet, ser controlada vía smartphone y responder a las órdenes vocales.
La señorita virtual, que cuesta 25.000 yuanes (3.200 euros, 4.000 dólares), también enciende y apaga electrodomésticos conectados, como los lavavajillas.
'La más excitante'
La empresa fabrica asimismo cada mes unas 400 muñecas 'tradicionales' a medida; los clientes pueden elegir la altura, el tamaño de los pechos, la cantidad del vello púbico o el color de la piel, los ojos o el cabello.
'Queremos un robot con el rostro más bello posible y el cuerpo más excitante posible', resume Qiao Wu, director de desarrollo de la firma.
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Lo curioso es que estas muñecas robots no desagradan a los defensores chinos de los derechos de las mujeres.
'Un gran número de hombres espera lo mismo de las mujeres: sexo, tareas domésticas, hijo... No las consideran individuos', declara a la AFP la militante feminista Xiao Meili. 'Si todos estos desgraciados se compran una muñeca, se librará a un cierto número de mujeres de estos tipos'.
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