Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Londres y en otras ciudades británicas para protestar contra la política de austeridad del Gobierno, determinado a reducir el déficit a pesar de su creciente impopularidad.
Bomberos, enfermeras y profesores, junto a numerosos jóvenes sin empleo, militantes y representantes de la oposición, salieron a las calles de Londres, pero también de Glasgow, Escocia y de Belfast, Irlanda del Norte, con el mismo lema: “¡No a los recortes!”
En Londres, una gran banderola azul abría la manifestación con el lema “La austeridad es un fracaso”, una de las críticas recurrentes de la oposición, que considera que la política de austeridad impide volver al crecimiento económico.
“El que haya centenares y centenares de personas en la manifestación es una señal de que hay un gran porcentaje de gente en este país que está claramente contra los recortes”, dijo Ben, un manifestante de (21).
“Esto demuestra que hay resistencia. El Gobierno tendrá miedo al ver que hay tanta gente que está en su contra”, aseguró por su parte Shereena (17).
El secretario general del sindicato TUC, Brendan Barber, se felicitó por una movilización que manda “un mensaje muy fuerte” al Gobierno.
Ni los sindicatos ni la Policía dieron cifras sobre el número de manifestantes. Según los organizadores, la Policía dio la cifra de al menos 100,000 personas.
La manifestación de ayer no fue tan masiva como la de marzo de 2011 contra la austeridad, que reunió entre 250,000 y 500,000 personas, según las estimaciones, en un país adonde no suele haber grandes movimientos sociales. Ed Miliband, el dirigente de los laboristas, en la oposición, tomó la palabra en Hyde Park, el gran parque del centro de Londres, y acusó al primer ministro conservador David Cameron de “hacer recortes demasiado importantes y demasiado rápido”.
“Se obstina en una política económica que no funciona”, dijo Miliband, que admitió, sin embargo, que los laboristas tendrían que tomar “decisiones difíciles” cuando vuelvan al poder.
Petición
Esta parte de su discurso recibió pitidos del público; no obstante, aplaudió a un dirigente sindical que pidió la convocatoria de una huelga general de 24 horas.
“[El Gobierno] nos dijo que si hacíamos sacrificios, la recuperación económica llegaría”, explicó Brendan Barber, “pero en vez de esto todavía estamos más hundidos en la recesión”.
“El vaso está lleno”, dijo Dave Prentis, dirigente de Unison, el principal sindicato de empleados del sector público.
Desde que llegó al poder, el Gobierno ha presentado tres presupuestos seguidos marcados por los recortes que tienen como principal objetivo luchar contra el déficit público.
A pesar de que la economía sigue en números rojos, el primer ministro David Cameron anunció a principios de octubre nuevos recortes en los gastos sociales de 10,000 millones de libras (unos 12,000 millones de euros).
La política de Cameron está desgastando su popularidad y los laboristas ya son líderes en los sondeos de opinión a pesar de la poca popularidad de su jefe.
Esta es la mayor manifestación convocada este otoño por los sindicatos y otros grupos de activistas, que a lo largo de los últimos meses han organizado múltiples actos de protesta, el más impactante de los cuales fue la huelga de dos millones de personas el pasado noviembre.
El Reino Unido está en recesión desde finales de 2011 y, aunque el desempleo bajó en agosto al 7.9 % -por el efecto de los Juegos Olímpicos-, no hay indicios de recuperación económica.
Los recortes del Gobierno han implicado el despido de cientos de miles de funcionarios, la supresión de numerosos servicios públicos y la progresiva privatización de la educación y la sanidad.