Cientos de migrantes detenidos bajo la medida “captura y cárcel” del Gobernador de Texas, Greg Abbott, llevan semanas en prisión sin que se les presenten cargos y sin tener acceso a abogados, según denuncias de defensores y activistas.
La mayoría de los hombres son latinos y muchos no hablan inglés. Tienen meses con poca o ninguna ayuda legal, pocas oportunidades de hablar con sus familias y, a menudo, menos posibilidades de averiguar qué les está sucediendo o cuánto tiempo estarán encarcelados.
Como parte de su campaña contra los cruces fronterizos ilegales, Abbott ordenó arrestar a los indocumentados por delitos estatales, debido a que aplicar la ley migratoria es responsabilidad federal.
Texas ha detenido a la mayoría de las personas sin papeles por invadir propiedad privada. Grupos de defensa están exigiendo a los tribunales que liberen a los migrantes, citando violaciones generalizadas de legislaciones estatales y derechos constitucionales del debido proceso.
Hasta el viernes, unos 900 indocumentados seguían encerrados, según funcionarios de prisión. Las leyes de Texas sostienen que a los acusados se les debe asignar un abogado dentro de los tres días siguientes a su solicitud y deben ser liberados si los fiscales no presentan rápidamente los cargos.
Y demanda Florida a Biden
La entidad de Florida interpuso ayer una demanda en contra del Gobierno de Joe Biden que asegura que su política de migración es ilegal.
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En ese sentido, el Gobernador Ron DeSantis firmó una orden que autoriza a sus oficiales detener cualquier aeronave, autobús o cualquier otro vehículo dentro del estado que se crea que transporta “extranjeros ilegales”, si lo permiten las leyes estatales y federales.
También instruyó a agencias recopilar información sobre la identidad de los indocumentados que lleguen a Florida y requirió a las dependencias estatales a no gastar dinero para ayudar a esos migrantes a menos que lo exija la ley.