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Migrantes hondureños exigen tener libre tránsito por México

  • 01 junio 2014 /

Los inmigrantes exigen a sus embajadores y gobiernos empleos, una política de seguridad y educación para evitar la expulsión de sus países.

Ixtepec, Oaxaca.

El clamor es unánime, sus voces no se callan, hoy cuentan la dura realidad que afrontan al cruzar el territorio Méxicano. Son hombres, mujeres y niños que participan en la cuarta caravana de migrantes que pide el libre tránsito en México y para ello recorrerán varios kilómetros para llegar hasta el Distrito Federal donde instalarán mesas de diálogos con autoridades de alto nivel para plantearles sus problemas y buscar soluciones.

Pero su mensaje no solo va dirigido al Presidente mexicano Enrique Peña Nieto, sino a los Presidentes Centroamericanos, quienes a su criterio son co responsables de la tragedia que viven. Una hondureña así lo expuso en el video que fue difundido previo al inicio de la caravana. La mujer de 40 años salió de Honduras junto a sus tres hijos. El hambre, la falta de empleo y la seguridad asegura que la obligaron a dejar su tierra. Ella le pide al embajador de Honduras en México que los reciba, los apoye y los escuche.

Los niños

Hay voces inocentes también que ahora cuentan, los niños se han convertido en las nuevas cifras de la migración. Desde el 2013 el flujo de menores ha ido en aumento, algunos van acompañados, otros van solos, pero el riesgo es el mismo. En su corto mensaje los menores esperan respuestas, oportunidades y sobre todo atención de las autoridades de sus países a quienes les piden que dejen a un lado la indiferencia.

El líder

Desde hoy a las 10:00 comenzó la ruta hacia el Distrito Federal, el Padre Alejandro Solalinde, defensor de los migrantes encabeza la marcha. El sacerdote está convencido que pese a los riesgos que las autoridades durante el trayecto intenten detenerlos, no da marcha atrás, su objetivo está definido y no va a declinar. El religioso asegura que los derechos no bastan con estar escritos en papel, se necesita vivirlos y buscar las soluciones integrales y regionales es la clave para frenar la violencia que viven los migrantes en su paso por México.